Impresión con tintas fluorescentes y de neón: Ventajas y problemas

No sé si son modas pasajeras, si nos gusta complicarnos la vida o si es simplemente necesario innovar para ofrecer a los clientes productos diferenciadores. La realidad es que, últimamente, se están poniendo de moda máquinas de impresión digital que incluyen tintas fluorescentes y de neón. En las muestras impresas, como es lógico, todo parece “espectacular”: colores vibrantes, gamas cromáticas nunca vistas hasta ahora, etc.

En definitiva, el color, tan simple y a la vez tan complejo, sigue siendo un rompecabezas en el que cada pieza –desde la elección de la tinta hasta el ángulo de medición– tiene un papel crucial. Y aunque la tecnología nos ofrece cada día más posibilidades, la verdadera solución está en entender y dominar cada detalle del proceso.

Daniel López López

Ten en cuenta que, al combinar CMYK con este tipo de tintas, se consiguen resultados de color inéditos. Sí, todo eso está muy bien, pero luego hay que pensar en cómo gestionar el color en trabajos reales, porque lo que puede parecer muy bonito, puede llegar a ser un caos si no se controla adecuadamente. Por eso, en este artículo te explicaré qué debes hacer para conseguir un buen resultado de impresión utilizando estas tintas. Pero antes, te pregunto: ¿estamos ante una revolución en la reproducción del color o simplemente nos estamos enredando en nuevas complicaciones? Siéntate tranquilo, porque este tema te resultará interesante.

¿Por qué las tintas fluorescentes y de neón?
Las tintas fluorescentes o de neón no son como las tradicionales CMYK. Su capacidad para absorber la luz ultravioleta y reemitirla en longitudes de onda que se perciben con una intensidad inusitada las puede convertir en las protagonistas de campañas publicitarias impactantes. Pero, como siempre ocurre en el mundo del color, lo que parece sencillo a la vista esconde un entramado técnico complejo:

- Reproducción de efectos especiales
La intensidad y el brillo que generan estas tintas requieren que la medición del color capture no solo el color base a distintos porcentajes, sino también la forma en que se comporta la fluorescencia y cómo se combina con el uso del CMYK.

- Ampliación de la Gama Cromática
Al combinarlas con las tintas CMYK tradicionales, conseguimos una gama de colores mucho más amplia. Sin embargo, esta mezcla plantea el reto de mantener la coherencia entre lo que se ve en pantalla y el resultado impreso. Lo normal sería utilizar un perfil ICC en CMYK, pero entonces no tendríamos el control de la tinta adicional fluorescente o de neón, por lo que nos veremos obligados a crear perfiles ICC en multicolor. ¿El problema? La mayoría del software que se utiliza habitualmente no admite la utilización de perfiles ICC en multicolor, lo que hace que ver en pantalla cómo quedará impreso el resultado sea bastante complicado.

El método adecuado de medición: 8° VS. 45°
Al igual que ocurrió con la introducción de M0, M1, M2 y M3 para gestionar la influencia de los agentes blanqueadores en papeles tradicionales, la medición de las tintas fluorescentes nos obliga a repensar nuestros métodos habituales.

¿Por qué no es lo mismo medir una tinta CMYK que una fluorescente?

- Medición de tintas CMYK (métodos convencionales)
Para las tintas de proceso tradicionales (CMYK) se emplean métodos de medición a 45º diseñados para evaluar superficies planas y mates, en los que se busca minimizar la influencia de la luz especular para obtener una representación fiel del color “real” del color medido. Estos métodos, ampliamente utilizados en la industria, se basan en configuraciones de iluminación unidireccional que permiten conseguir mediciones consistentes en entornos de impresión convencionales.

- Medición de tintas fluorescentes y de neón (Sistema de esfera de iluminación integrada en 8°)
Para estas tintas, que reaccionan de forma especial a la luz UV y pueden tener un comportamiento más brillante y, en ocasiones, especular, resulta imprescindible emplear instrumentos con geometría de 8°.

¿La razón? Una medición en 8° permite capturar la luz reflejada en todas las direcciones, integrando tanto la luz difusa como parte de la componente espectral que define el efecto fluorescente. Esto se traduce en una representación más fiel y reproducible de esos colores intensos que tanto llaman la atención.

En resumen: mientras que los métodos convencionales de medición, para tintas CMYK en condiciones controladas, funcionan bien para las tintas fluorescentes requieren un enfoque diferente, basado en la medición con geometría de 8° para obtener una reproducción de color precisa y fiel a la intención visual.

Ventajas y desafíos en la gestión del color con tintas fluorescentes

Ventajas
- Impacto Visual Inmediato
Los colores fluorescentes tienen la capacidad de destacar en cualquier entorno. Ya sea en carteles, packaging o impresos, su brillo bajo luz ultravioleta genera un efecto que resulta difícil de ignorar.

- Ampliación de la paleta
Incorporar tintas de neón permite salir de los límites de la cuatricromía. Algunas impresoras digitales ya ofrecen 5, 6 o incluso más canales de tinta (sin contar con los canales especiales “Light”), abriendo la posibilidad de reproducir colores que antes eran imposibles de lograr con CMYK.

Problemas
-Gestión de perfiles y conversión de color
La fidelidad en la reproducción del color fluorescente depende en gran medida de la correcta creación y uso de perfiles ICC específicos. La conversión entre lo que se ve en pantalla (RGB) y lo que se imprime (que en estos casos abarca una gama extendida) es un proceso delicado que exige herramientas especiales.

- Compatibilidad y condiciones de medición
La medición en 8° puede parecer sencilla en teoría, pero en la práctica requiere equipos diseñados para capturar de forma integral los efectos de estas tintas, además de un profundo conocimiento de cómo se comportan bajo diferentes condiciones de iluminación.

- Incorporación de nuevos procesos
La integración de tintas fluorescentes en un flujo de trabajo tradicional basado en CMYK supone un reto técnico y operativo. Si se desea lograr una gestión de color controlada, es indispensable contar con las herramientas adecuadas y una buena formación que permita comprender no solo el “qué” sino el “cómo” de estas nuevas técnicas.

El futuro de la impresión con tintas fluorescentes
Si algo nos enseña el mundo del color es que está en constante evolución. La tecnología LED, la aparición de nuevas tintas y la creciente demanda de efectos especiales nos empujan a repensar nuestros métodos y estándares de medición.

- Formación y conocimiento
La clave para dominar la gestión del color en este nuevo entorno es comprender cómo funcionan estos métodos. Entender la diferencia entre una medición en 45° y una en 8° no es solo una cuestión técnica; es la brújula que te permitirá ofrecer un producto final que cumpla las expectativas del cliente.

- Innovación en equipos y software
Los fabricantes de instrumentos de medición y los desarrolladores de software de gestión del color están trabajando para ofrecer soluciones que integren estos nuevos parámetros. La creación de perfiles icc específicos para tintas fluorescentes se está convirtiendo en una necesidad para quienes apuestan por este tipo de impresión.

- Integración total en el flujo de trabajo
La verdadera gestión del color solo se alcanza cuando se cierra el bucle entre diseño, medición y producción. Adaptar todo el flujo –desde la pantalla hasta la máquina de impresión– a las propiedades únicas de las tintas fluorescentes es el reto que definirá el éxito en esta nueva era de la impresión digital.

Conclusión
La impresión y gestión de color con tintas fluorescentes o de neón es, sin duda, un territorio fascinante y desafiante. Así como el mundo de la medición del color se ha complicado con la introducción de M0, M1, M2, M3 y proyectos como D50noUV, el reto de incorporar tintas fluorescentes exige que repensemos nuestros métodos tradicionales.

Utilizar una medición basada en 8° en lugar de la convencional medición para CMYK es clave para capturar la esencia vibrante de estos colores especiales. Pero, como siempre, la herramienta por sí sola no basta: es la formación, el conocimiento y la correcta integración de equipos y perfiles ICC lo que marcará la diferencia entre una reproducción del color mediocre y una que cumpla con las expectativas del cliente.

En definitiva, el color, tan simple y a la vez tan complejo, sigue siendo un rompecabezas en el que cada pieza –desde la elección de la tinta hasta el ángulo de medición– tiene un papel crucial. Y aunque la tecnología nos ofrece cada día más posibilidades, la verdadera solución está en entender y dominar cada detalle del proceso.

¿Listo para enfrentar el desafío y transformar esa explosión de neón en una obra maestra impresa? Recuerda: “La clave está en el conocimiento.”

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