Utilizar diversos métodos de producción para especializarse en el servicio y no en el proceso

A cualquier observador se le hace evidente que la evolución histórica de los procesos de impresión en las actividades de las industrias gráficas se ha regido por la propia evolución de la tecnología y, no tanto, como consecuencia de la estrategia o del orden más lógico para servir mejor al mercado.

Lo importante es poder dar servicio a cada uno de los clientes con una visión global de sus necesidades y con la posibilidad de crear un mayor número de sinergias entre ambas empresas.

Jaume Casals

1. Introducción
El comprador de impresos puede proceder de un sector muy específico industrial o puede ser más generalista en su actividad. Pero, tanto en un caso como en otro, probablemente precisa diferentes tipos de empresas de servicios gráficos para que, en conjunto, cumplan con sus necesidades.

Hasta hace unos años, la industria gráfica estaba dividida, no solamente por procesos de impresión (tipografía, offset de hoja, offset de bobina, huecograbado, serigrafía, flexografía, impresión digital, etc.) sino que también lo estaba, en la mayoría de casos, por etapas productivas dentro del mismo proceso (diseño, preimpresión, impresión, acabados, etc.).

Probablemente, si la industria gráfica, teniendo la herencia de todo el progreso hasta ahora, se reinventara, su disposición sería, con seguridad, muy diferente. De hecho, se nota claramente una tendencia hacia la disponibilidad de todo el ciclo productivo, desde el diseño hasta los acabados, en la misma empresa de servicios gráficos. Por otra parte, se van diseñando máquinas o líneas de producción destinadas a productos gráficos específicos, incluyendo varias etapas del proceso productivo.

Quizás el ejemplo más evidente y, por otra parte, más antiguo, sea la utilización de máquinas de offset de bobina o de huecograbado con etapas posteriores en línea para una o más operaciones de acabado. Otro ejemplo más moderno puede ser la línea de producción en impresión digital que incluye, también, operaciones de acabado tales como plegado, alzado, corte y encuadernación.

Además, no hay duda de que ha habido una clara tendencia a la especialización en productos, de forma que las líneas productivas tienen unas características que rinden mejor para la producción de esos artículos gráficos. Éste sería el caso de las líneas de producción de etiquetas, de cajas plegables, de envoltorios, etc.

En definitiva, existe todo un conglomerado de evoluciones erráticas que han intentado acercarse, en mayor o menor grado, a una mayor productividad a través de operaciones en línea y de especialización.

1. ¿Qué puede preverse como evolución futura en busca de la mayor eficacia productiva?
Existe un factor importante que no hemos contemplado hasta ahora. La mejora de la información, la mayor utilización de las comunicaciones, la mayor facilidad de transporte entre países y, en definitiva, la mayor rapidez de contacto con el mercado y el acortamiento de las distancias, están facilitando el acceso a mercados mucho más amplios y, por ello, a posibilidades de avance en la especialización tratando de encontrar caminos que conduzcan a una mayor efectividad y productividad en el ciclo productivo.

Si, con un poco de fantasía, imagináramos toda Europa Occidental redistribuida por tipos de artículo gráfico y las empresas se especializaran en cada uno de ellos en un número que fuera coherente con las necesidades del consumo, seguro que, al centrar la producción en un mismo tipo de producto (o conjunto de productos), la efectividad colectiva sería enormemente mayor.

Pero, por otra parte, esto podría todavía significar que un comprador de impresos debería, probablemente, solicitar los servicios a varias empresas de la industria gráfica para cubrir sus propias necesidades. Unos proveedores le confeccionarían etiquetas, otros le producirían cajas, otros le servirían manuales, precisaría, en cualquier caso, quién le sirviera sus necesidades en objetos de papelería, etc. Así pues, si pudiéramos poner ese orden teórico en el mercado para disponer de una mayor efectividad colectiva, ¿qué se recomendaría?

Necesariamente se tendría que dividir el mercado de la producción gráfica en dos grandes tendencias:
1. Producción de artículos gráficos en gran volumen mediante líneas diseñadas específicamente para ese tipo de producto. En este caso, la empresa ampliaría el mercado de clientes y su especialización le permitiría una oferta económica interesante para el comprador. Por otra parte, ese cliente probablemente tendría una necesidad muy centrada en ese producto, como base de su propio negocio. Éste sería (en muchos casos ya lo es) el caso de impresores de revista, de periódicos, de cajas plegables, de libros, de envases, etc.

2. Servicio gráfico cubriendo una gama muy amplia de productos que coincidan con las necesidades de tipos de clientes de un sector específico. Nos referimos a compradores de impresos con características especiales comunes, cuya actividad no se basa en el propio producto impreso pero que lo precisan como complemento a su especialidad. En este caso existirían los sectores, por ejemplo, del calzado, de los muebles, de las grandes superficies, de las universidades, etc. Cada uno de estos grupos precisa toda una serie amplia de productos y servicios gráficos que, por muchas razones, deberían proceder de la misma fuente para obtener todas las sinergias de la amplia aplicabilidad de la misma base de diseño y, probablemente, de preimpresión, para las diversas salidas.

Esta clara posibilidad de mejorar la efectividad de la empresa, tanto a nivel de ventas como a nivel de producción, se irá acentuando a través de la polivalencia de las etapas iniciales de diseño y preimpresión y, necesariamente, con varias líneas paralelas de producción, de manera que cada una de ellas resulte más efectiva en la obtención de cada uno de los diversos productos gráficos que precisa este sector.

Lo más probable es que la evolución vaya generando especialización de las industrias gráficas en el servicio a uno, dos o tres sectores de actividad industrial o comercial de clientes. Démonos cuenta que esta tendencia, que vendrá propiciada por la necesidad de una mayor efectividad productiva, comporta la validez múltiple de las etapas iniciales del proceso y, después, la adopción de diferentes procesos de impresión y de postimpresión.

En otras palabras, el impresor ha de evolucionar hacia una mentalidad más amplia desde el punto de vista de la tecnología de impresión y considerarla, solamente, no como una actividad básica que se ofrece, sino como una pura herramienta para conseguir ese servicio completo al cliente. La rapidez con que cada industria gráfica sepa alinearse hacia este nuevo entorno será la base del éxito en los próximos años.

3. Combinar varios procesos de impresión
Ese planteamiento podría sugerir la conveniencia de disponer de un grupo de empresas en el que cada una de ellas tuviera una especialización que permitiera obtener cada uno de los productos que se desean dirigir a un mercado específico. Pero esto no permitiría las sinergias de muchos aspectos comunes que podrían ser, por ejemplo, las etapas iniciales, los almacenes, las ventas, algunos de los acabados, la distribución, etc. Por tanto, la solución está en saber diversificar los recursos productivos, la mano de obra y las actividades para conseguir ese objetivo. Y, obviamente, esto supone disponer, también, de unos directivos, desde el Jefe de turno al Director de producción y al propio Gerente, con una mentalidad abierta donde contemplen más las estrategias hacia el mercado que la pura vinculación a un proceso productivo único.

Esto va a exigir una mayor abertura de conocimientos por parte de sus directivos de manera que conozcan las ventajas, las desventajas y las posibles aplicaciones de cada una de las tecnologías de impresión, de forma que sean opciones válidas, las mejores opciones en cada caso, para la producción de cada uno de los artículos gráficos a ofrecer. Es posible que un producto específico pueda obtenerse a través de una de esas tecnologías únicamente, pero, en muchos casos, será posible combinar dos o tres procesos para disponer de un producto final más sofisticado y más atractivo para el cliente.

Es obvio que cada una de las tecnologías de impresión puede cubrir la producción de unos artículos gráficos determinados con mayor eficacia que otras dependiendo, en muchos casos, de la cantidad de ejemplares que se precisan, de la rapidez en la entrega o de la aplicabilidad final del producto.
Lo importante es poder dar servicio a cada uno de los clientes con una visión global de sus necesidades y con la posibilidad de crear un mayor número de sinergias entre ambas empresas.

4. Intervención de varias tecnologías en un mismo producto
Al margen de la posibilidad de tener líneas claramente separadas para productos diferentes y con la opción, incluso, de escoger una u otra tecnología para un mismo producto, lo que tiene verdadero interés es la combinación de dos o más tecnologías para un mismo producto buscando una mayor sofisticación del artículo obtenido y/o una aplicabilidad más efectiva por parte del usuario.

La especialización en productos y la mayor sofisticación de su contenido y de su impacto gráfico van suponiendo, cada vez más, la intervención de varias tecnologías en el mismo soporte.

Típicamente, podemos hablar de combinaciones tales como:
- Offset e impresión digital
- Flexografía con tintas base agua y flexografía con tintas de secado UV
- Offset convencional y barnizado UV con reservas
- En general, impresión fija e impresión variable
- Serigrafía y estampación con o sin relieve
- Flexografía y serigrafía
- Huecograbado y flexografía
- Serigrafía y transferencia térmica
- Etc.

5. Condicionantes en estas tendencias
Es obvio que, en la mayoría de casos, se precisa un resultado igual o mínimamente equivalente para poder optar entre diferentes alternativas de producción. Esto supone ir avanzando en la gestión del color, en los perfiles de impresión, en la preimpresión polivalente, etc.

Por otra parte, es evidente que, al margen de lo que hemos citado como aspectos que pueden condicionar la utilización de un proceso u otro se encuentra, también, en forma predominante, el tipo de soporte a utilizar. Y esto, a su vez, condiciona el tipo de tinta a emplear en esa tecnología.

Precisamente el tema de las tintas es algo que está evolucionando muy positivamente hacia una mayor aplicabilidad sobre diversos soportes, obviamente a través de formulaciones adecuadas a cada caso.
En este último aspecto cabe destacar la mayor posibilidad actual de utilizar offset convencional, en algunos casos offset sin agua, para la impresión sobre plásticos en banda continua.

Añadamos también que las diversas alternativas de relación tinta - soporte supone, también, la consideración de las diversas alternativas de secado del impreso, ya sea secado natural, utilización de infrarrojos, empleo de aire caliente, hornos, secado UV, etc.

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Ricard Casals Consultants, S.A. RCC

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