Se va el oficio: La brecha que amenaza tu imprenta

Seamos sinceros. Seguramente has visto esta escena en tu propio taller, y si no, es que está al caer. Tienes a un operario joven delante de la máquina más moderna que has comprado. Se mueve por la interfaz táctil con una velocidad que a ti te costaría seguir, carga los perfiles de color, ajusta el software y lanza la producción. Eficiencia en estado puro. Pero, de repente, algo falla. Un pequeño desajuste en el registro, un ligero repinte en un papel poroso… El chaval mira los datos, reinicia el trabajo, pero el problema sigue ahí. No sabe qué tocar porque el software le dice que todo está bien.

La verdadera transformación digital no va de comprar la máquina más rápida. Va de asegurar que el conocimiento humano que la maneja sea cada vez más sólido. Adaptarse no es una opción.

Daniel López López

Mientras tanto, desde la otra punta del taller, uno de tus maquinistas veteranos, de los de toda la vida, se acerca sin prisa. Echa un vistazo, casi de reojo, a la hoja. La toca, la acerca a la luz y, sin mirar un solo monitor, le dice al joven: “Eso es el tiro. Este papel tiene mucha fibra y con la humedad de hoy se deforma. Ajusta la máquina un par de décimas en el cilindro y listo”. Y, como por arte de magia, funciona.

¿Te suena esta historia? Claro que sí. Es el día a día en nuestra industria y el síntoma de un problema mucho más gordo de lo que parece. Hemos invertido una fortuna en tecnología puntera, pero hemos descuidado por completo la creación de un plan para transferir el conocimiento más valioso que tenemos: el que está en la cabeza y en las manos de nuestros profesionales más veteranos.

Y créeme, esto no es una reflexión nostálgica. Es una advertencia. Porque estamos creando una brecha enorme entre los que saben de verdad del oficio y la nueva generación que, aunque llega con una base tecnológica muy fuerte, tiene pocos conocimientos de todo el proceso productivo. Si no hacemos algo ya, esta brecha se convertirá en un abismo que puede arrastrar a muchas imprentas.

El conocimiento que no encontrarás en un manual de instrucciones
¿Por qué es tan importante la figura de ese veterano? Porque posee un conocimiento que no se puede descargar, ni instalar, ni actualizar. Es la sabiduría que dan los años, las miles de horas a pie de máquina, los problemas resueltos sobre la marcha. Es la capacidad de “escuchar” a la máquina y saber por el sonido si algo no va fino. Es el instinto de palpar un papel y saber de antemano cómo va a reaccionar a la tinta.

Los nuevos operarios saben cómo seguir las instrucciones de un flujo de trabajo. El veterano sabe qué hacer cuando el flujo de trabajo se rompe. Y esa, amigo mío, es la diferencia entre una imprenta que simplemente produce y una que ofrece soluciones y garantías de calidad. Pensar que toda esa experiencia se puede sustituir con un software o maquinaria más avanzado es un error garrafal.

La nueva generación: una potencia que necesita un guía
Ojo, no estoy diciendo que los jóvenes que entran no estén preparados. Al contrario. Llegan con una agilidad para la tecnología y una mentalidad digital que son absolutamente imprescindibles hoy en día. Entienden de automatización, de flujos de trabajo conectados y de como funciona la tecnología. Son el motor que necesita la industria para adaptarse a los tiempos actuales y futuros para ser más rápida y eficiente.

Pero esa potencia, sin el conocimiento profundo del oficio, es como tener un Ferrari y no saber tomar las curvas. Puedes ir muy rápido en las rectas, pero ante el primer imprevisto, te la pegas. La tecnología, sin la sabiduría de la experiencia, es frágil. Puede producir de forma muy eficiente un trabajo… con un fallo de base que solo un ojo entrenado habría detectado antes de empezar.

Entonces, ¿qué hacemos?: La urgencia de crear un plan
La respuesta es tan evidente como complicada de ejecutar: tenemos que crear un puente entre estas dos generaciones. Y no, no vale con sentarlos juntos y esperar a que surja la magia. Las imprentas necesitan, de forma urgente, un plan de actuación meditado y estructurado.

Primero, hay que oficializar la mentoría. Asignar a cada nueva incorporación un tutor veterano no como un favor, sino como parte fundamental de su trabajo. Que el joven aprenda del maestro y que, a su vez, el maestro aprenda del joven a manejarse con las nuevas herramientas. Es un win-win en toda regla.

Segundo, hay que obligar a la gente a salir de su zona de confort. El chico que es un hacha en preimpresión tiene que pasar tiempo en el taller, al lado de la plegadora, de la encoladora, manchándose las manos. Tiene que entender el proceso completo para que sus decisiones en la fase digital tengan sentido en el mundo físico.

Y tercero, tenemos que documentar ese conocimiento antes de que sea demasiado tarde. Grabar vídeos cortos donde el veterano explique sus “trucos”, crear un manual interno con los problemas más comunes y sus soluciones… Convertir esa sabiduría individual en patrimonio de la empresa.

Reflexión necesaria
Sé lo que estás pensando. Todo esto suena muy bien, pero el día a día nos come y no hay tiempo para estas cosas. Pero déjame hacerte una pregunta: ¿tienes tiempo para resolver las reclamaciones de clientes? ¿Para repetir trabajos? ¿Para asumir las pérdidas de una mala planificación? Porque eso es lo que nos espera si dejamos que nuestros mejores profesionales se jubilen y se lleven con ellos décadas de conocimiento.

La verdadera transformación digital no va de comprar la máquina más rápida. Va de asegurar que el conocimiento humano que la maneja sea cada vez más sólido. Adaptarse no es una opción. Las imprentas que sobrevivan y lideren el mercado no serán las más tecnológicas, sino las que entiendan que su mayor activo son las personas y la sabiduría que acumulan.

Así que, ahora te pregunto a ti: ¿vas a empezar a construir ese puente en tu empresa o vas a esperar a que la brecha sea tan grande que ya no tenga solución? Piénsalo bien, invertir en formar a las nuevas generaciones no debería de ser una opción sino una obligación.

Noticias relacionadas

ID - Soft

APARTADOS: Empresas de servicios, Suministros para preimpresión 08020 BARCELONA, España Más información