Redacción Alabrent
Se constata la depuración lenta y silenciosa, pero constante, de empresas. Como consecuencia, se obtiene una imagen de un sector más concentrado, pero no como una acción estratégica y ordenada, sino como resultado de una aplicación estricta de las leyes del mercado.
Otro hecho destacable es que la facturación global cayó en 2020 un 17,5% y los resultados un 67%. Este último dato con muchos matices porque lo cierto es que los resultados medios de las empresas en beneficios, se han incrementado. Esto nos da muestras de un sector partido en dos, donde conviven las empresas en dificultades y que tratan de resistir, con las empresas que, al menos a corto plazo, no están en peligro de disolución. El resultado final es un escenario de máxima competencia, inédito en los últimos cuarenta años.
Durante el año 2021, la afiliación creció un 1,56% hasta casi 71.000 trabajadores. No obstante, hasta el mes de noviembre el sector mantenía 2.363 trabajadores en ERTE. El crecimiento del empleo nos puede anticipar una leve recuperación en los números de 2021. La última encuesta realizada entre nuestros asociados nos indica que, en la mayoría de los casos, las empresas superaron en 2021 los ingresos del ejercicio precedente pero sin llegar a los niveles de 2019.
Otro ratio que ha variado como consecuencia de la pandemia ha sido el de endeudamiento. Los préstamos ICO y las medidas que se tuvieron que adoptar, en la creencia de que la crisis sería de menor duración, han llevado al sector a una situación menos saneada. Aunque, en verdad, una subida de dos puntos en el ratio de endeudamiento no tendría que ser determinante para la viabilidad de ninguna empresa, los problemas serían otros.
Por subsectores, destacar que la impresión comercial, más atomizada que las demás, marca las tendencias globales del sector, al ser mayoritario en empresas, trabajadores y facturación. Lo que no obsta para destacar que las grandes empresas de impresión comercial, packaging y sobre todo etiquetas, sigan liderando los ratios de rentabilidad.
El sector de impresión comercial sigue suponiendo el 60% de todos los ingresos del sector. Cabe destacar que las 372 empresas líderes, a pesar de que sus ingresos cayeron un 15% han visto incluso incrementados sus resultados en 2020.
En el sector del libro los ingresos descendieron un 17,3%. El margen de beneficio medio es prácticamente nulo, como consecuencia de que hay dos bloques que se anulan entre sí. Tan es así que 7 empresas obtienen el 78% de los beneficios y 8, el 92% de las pérdidas. No obstante, 18 empresas obtienen importantes beneficios.
El sector de etiquetas es el único subsector donde a pesar de disminuir los ingresos, por debajo del 4%, se incrementaron los resultados. Por primera vez observamos resultados globales negativos en el segmento de facturación inferior a 0,5 millones de euros. Treinta empresas acumulan el 70 % de los resultados positivos.
Las empresas de packaging sufrieron un descenso de los ingresos próximos al 5% y una disminución del resultado del 29,7%. De las cincuenta y tres empresas analizadas, trece arrojan perdidas, pero cinco aglutinan el 82% de todos los resultados negativos, lastrando así los resultados medios del sector.
Las empresas de impresión digital de gran formato vieron reducidos sus ingresos en un 22% y arrojan un margen de beneficio negativo. En este subsector se ha producido el mayor incremento del ratio de endeudamiento, con seis puntos sobre el del ejercicio precedente.
El sector de la encuadernación, con una caída de la facturación de cerca del 25% y con un descenso dramático de los resultados, está empezando a suponer un serio problema para completar los procesos productivos. El redimensionamiento del sector es evidente, el 87% de las empresas factura menos de 0,5 millones de euros y su capacidad de inversión está muy disminuida.
Otra consecuencia de estas crisis sucesivas es que el sector se está haciendo cada día más pequeño, con la consiguiente pérdida de peso en los datos macroeconómicos. Por una parte, disminuye el número de actores. Por otra, aunque las empresas líderes acaparan poco a poco una mayor cuota de mercado, no llegan a facturar, ni mucho menos, lo que facturaban los líderes de hace una década. Incluso hay subsectores, como el de encuadernación, donde los lideres actuales apenas alcanzan un tercio de los ingresos de las empresas punteras de hace apenas diez años. Otro factor que consolida la pérdida de dimensión del sector es la disminución del número de empresas en los segmentos de mayor facturación, con un caída del veinte por ciento en el número de empresas que sobrepasan los tres millones de euros.
En una situación normal de mercado, cabría esperar que esto último fuera solo una cuestión coyuntural y que la pandemia solo hubiese sido un paréntesis en el camino emprendido por el sector desde 2014. Lo cierto es que la digitalización, la crisis de materias primas, el coste energético y la invasión de Rusia a Ucrania, no invitan al optimismo.