Redacción Alabrent
Año tras año se fabrican miles de millones de tarjetas inteligentes para usos tales como llaves de hotel, pases de transporte público, tarjetas de regalos, etc. Según datos de la ICMA (siglas inglesas de la Asociación Internacional de Fabricantes de Tarjetas), en 2019 se fabricaron 37 100 millones de tarjetas, la mayor parte de ellas tarjetas de plástico de origen fósil. Estas tarjetas normalmente se utilizan por un breve periodo de tiempo y después van a parar al medioambiente o se incineran, emitiendo vapores tóxicos durante el proceso.
Iggesund ha desarrollado, en colaboración con varios socios, un método para fabricar tarjetas sin plástico que puedan operar sin contacto. Su solución de cartón utiliza materiales naturales al 100 % y, por tanto, es plenamente reciclable. La tarjeta de cartón, fabricada a base de pasta de madera, puede reducir las emisiones de carbono en un 95% frente a las tarjetas de plástico de origen fósil. Según cifras oficiales de Iggesund, una tarjeta de cartón genera 0,55 gramos de CO2 por tarjeta, mientras que una tarjeta de PVC genera 11,4 gramos de CO2 por tarjeta.
Las tarjetas inteligentes suelen llevar un chip que determina su función, así como una antena que recibe y transmite información. Hasta ahora, para estas funciones era preciso utilizar plásticos y aluminio. Pero gracias a una técnica de impresión de última tecnología, en la cual la antena se imprime entre dos hojas de cartón Invercote, dichos materiales ya no son necesarios.
«Se emplea tinta conductiva en vez de aluminio, lo cual permite reciclar la tarjeta cuando esta deja de funcionar. La tarjeta puede acabar convirtiéndose en pasta de papel», dice Thomas Janson, Mánager de Desarrollo Comercial de Iggesund Paperboard.
El cartón Invercote Duo de Iggesund se produce en una planta que cuenta con el certificado ISO 14001 de gestión ambiental y el certificado ISO 9001 de gestión de calidad. Además, la planta obtiene sus materias primas de bosques que plantan más árboles de los que cosechan.
Y, por suerte, ser sostenible no equivale a sacrificar la calidad. La solución de cartón de Iggesund proporciona una estética de primera clase y un tacto similar al del plástico, siendo además muy duradera, asegura Janson. «Se trata de utilizar la tecnología, el material y la conversión adecuados. No solo se siente la calidad en la mano, sino que además se consigue una tarjeta de gran duración mientras está en uso».
www.iggesund.com/cards