Redacción Alabrent
“Cuando Megacard, nuestro proveedor de tarjetas, nos indicó que podríamos usar cartón en la producción de las tarjetas y reducir así el impacto ambiental, vimos con claridad la necesidad del cambio”, explica Anna Marcusson, directora de productos de la sección de tarjetas de regalo de SF Bio.
“En pocas palabras, estamos eliminando gradualmente la práctica de usar diez toneladas de PVC anuales para producir las tarjetas, y en lugar de plástico usamos el cartón Invercote de Iggesund Paperboard”, señala.
Hay una clara tendencia hacia la sustitución del plástico por material de origen no fósil, sobre todo en la industria del embalaje. Esta sustitución de plástico de origen fósil por material alternativo como el cartón reduce el impacto climático de las empresas. Sin embargo, cambiar una infraestructura ya establecida lleva tiempo, en especial si implica rediseñar el embalaje, modificar o remplazar equipo de embalaje, o si se ve afectada la distribución del producto del fabricante hacia el consumidor. La empresa británica de productos alimentarios Iceland ha llamado la atención en todo el mundo al comprometerse a eliminar el plástico de todo su embalaje en un plazo de cinco años. Muchos expertos en estas cuestiones afirman que dicho período es bastante corto, dadas las dificultades que afrontará Iceland.
A la luz de estos factores, los cambios hechos por IKEA y SF Bio han ocurrido con gran rapidez y es legítimo concluir que muchas otras empresas seguirán su ejemplo.
“El cambio ha sido fácil debido a que el formato de las tarjetas es idéntico. En el equipo existente de las empresas, son muy pocos los componentes que necesitan modificaciones, aparte del proceso de producción de las tarjetas. Por eso resulta muy fácil dar este paso, en comparación con tener que cambiar un embalaje diseñado para plástico, lo que implica modificar líneas de embalaje complejas y totalmente automatizadas”, explica Johan Granås, director de sostenibilidad de Iggesund Paperboard, quien participó estrechamente en la creación de la solución adoptada eventualmente por IKEA.
Otro ejemplo de esta tendencia en la industria es Apple, cuyos diseñadores de embalaje se concentran en reducir el uso de plástico. Esto se observa en la “Estrategia sobre Papel y Embalaje” que Apple publicó en octubre de 2017. Entre otras cosas, ese informe detalla la manera en que Apple redujo el contenido de plástico del embalaje de su iPhone 7 en un 84 % en comparación con el del iPhone 6.
El altavoz inteligente “HomePod”, que Apple lanzó al mercado a principios de 2018, es un claro ejemplo de este planteamiento. El increíblemente complejo embalaje de cartón con cierres mantiene en su sitio el cable del altavoz e incluye un soporte para el enchufe.
“Hace diez años, todo fabricante habría recurrido al plástico en este caso”, afirma Granås. “Pero hoy en día, vemos cada vez más inversiones sólidas de parte de las empresas que buscan soluciones diferentes con cartón; no solo Apple, sino muchas otras”.
Granås observa que, de todas maneras, el plástico sigue siendo material importante en el mercado del embalaje actual y futuro. Para el embalaje tradicional con cartón destinado a la industria alimentaria se necesita a menudo una barrera de plástico como sello que proteja contra la grasa, la humedad y los aromas. Fabricar el embalaje con cartón y crear entonces la barrera con el revestimiento de plástico más delgado posible es ya un ejemplo señalado de buena gestión de materiales.
“Se están perfeccionando con rapidez materiales de plástico sin componentes de origen fósil y preveo que pronto habrá material bioplástico con una cantidad cada vez menor de dichos componentes, lo que reducirá el impacto climático del embalaje para la industria alimentaria en particular”, concluye Granås.