Redacción Alabrent
¿Pero qué ocurre con la posible coexistencia pacífica de un tercer método? Recientemente, algunos periódicos en todo el país han llevado a cabo encuestas que han demostrado, que al menos los domingos que es día más relajado de la semana, la gente disfruta de la experiencia física de tener algo en sus manos mientras examinan detenidamente diferentes secciones del periódico para buscar elementos de interés a los que dedicar una lectura más profunda. Y, sí, con los cupones promocionales ocurre exactamente lo mismo. ¿Quién quiere tener que imprimir nada si lo tiene en su teléfono o en su portátil? Motivados por este descubrimiento, muchos editores han llevado a cabo exitosas campañas de marketing sobre estos temas.
Es evidente que todos estamos más ocupados que nunca. Durante la mayor parte de la semana, la gente echa un vistazo a las alertas de sus teléfonos mientras van de un lado a otro, o roban unos minutos en sus ordenadores del trabajo para leer en línea alguna noticia de última hora. Los fans de lo digital argumentan, con cierta razón, que están más informados gracias a estas capacidades y que pueden seguir lo que ocurre en el mundo en tiempo real, en lugar de enterarse al llegar a casa al final del día.
Por otra parte, existen varias implicaciones neurológicas, psicológicas e intelectuales relacionadas con la excesiva dependencia del contenido digital. Por ejemplo, los oftalmólogos están preocupados por la fatiga ocular digital provocada por pasar demasiado tiempo mirando las pantallas del ordenador y los dispositivos digitales.
A pesar del daño en la retina a largo plazo o la pérdida de sueño causada por el denominado «efecto de la luz azul», parece evidente que no vamos a, y no deberíamos, eliminar estos dispositivos, ya inevitablemente indispensables, de nuestras vidas. Sin embargo, podemos mitigar sus efectos. Tengamos en cuenta hasta dónde ha llegado la calidad de impresión en los últimos tiempos y la función que siguen desempeñando los periódicos en la cambiante era de la información.
Mediante la integración del «consumo de contenidos» en línea con lectores de materiales impresos tradicionales que, ahora, se producen más rápido y con un nivel más alto de claridad táctil, dinamismo y pertinencia temporal que nunca, también podemos beneficiarnos de lo que muestran los estudios para mejorar en la retención y centrarnos en la información que leemos además de actuar como ciudadanos responsables.
Ya sea en las economías emergentes, donde la alfabetización y el compromiso cívico están afortunadamente en ascenso o en mercados de periódicos más maduros, no pueden subestimarse la importancia de los avances en sistemas de impresión fáciles de usar, como la plataforma NEXPRESS de Kodak, las planchas sin procesado y la tecnología de filmación térmica de CTP. Estas nuevas tecnologías ayudan a reducir la cantidad de productos químicos, energía, agua y desperdicios utilizados para producir contenido impreso con lo que consiguen que el sector de la impresión siga siendo rentable y sostenible. Además, proporcionan a los impresores nuevas formas de diferenciar sus productos impresos, con ofertas como las nuevas tintas metálicas y dimensionales y capacidades para imprimir en una variedad mayor de sustratos. Esto, en última instancia, mejora la experiencia lectora mediante una expansión de las texturas, la paleta de colores y las infinitas posibilidades de lo que puede imprimirse hoy en día.
Según una encuesta del gigante de contabilidad y consultoría PwC, «Global Entertainment and Media Outlook 2016-2020» (Perspectiva mundial del entretenimiento y los medios 2016-2020), La circulación de unidades impresas de periódicos, está creciendo a nivel mundial, a pesar de sus descensos en occidente. Estos aumentos se ven impulsados por la popularidad de los periódicos entre las «clases con aspiraciones» en zonas de Asia-Pacífico y América Latina. Como el informe de PwC dice, «el hecho de que la circulación esté aumentando en los mercados emergentes abre claras oportunidades para el futuro crecimiento del gasto en estos mercados a medida que las audiencias alcancen niveles importantes».
Pero, miremos un momento más allá de las oportunidades financieras y centrémonos en la «experiencia lectora» de nuestros usuarios finales, las personas que disfrutan de sus periódicos dominicales en la mesa de la cocina. Un reciente estudio europeo de The Guardian medía la retención de información de los sujetos tras leer una copia en papel y una copia electrónica de una historia corta. La investigación concluía que los lectores digitales tenían un rendimiento «significativamente» peor que los lectores en papel cuando se les pedía que reconstruyeran el argumento de la historia.
Uno de los motivos principales detrás de este resultado, mostrado por el estudio, podría tener que ver con el concepto de 'lectura profunda' que permite la impresión. Se entiende como lectura profunda un nivel de implicación en el que el lector está atento por completo a un texto. Requiere una atención total, a diferencia de cómo se leen los contenidos en Internet: con un rápido vistazo y desplazamiento de los ojos con movimientos rápidos en los puntos clave relevantes y con las distracciones provocadas que buscan captar clics.
La superficialidad y el déficit de atención que todo eso conlleva a nuestra experiencia lectora tienen varias implicaciones para las economías emergentes que hemos mencionado. En concreto, y como en todos los lugares del mundo, los lectores solo echan un vistazo rápido a sus canales de noticias digitales y son más susceptibles ante cualquier tipo de manipulación psicológica o con fines políticos, que apenas estamos empezando a detectar al empezar a saber más sobre la conexión de las plataformas de redes sociales más usadas en el mundo.
Esto nos lleva de nuevo al concepto de «lectura profunda» del que Robert P. Waxler y Maureen P. Hall en su libro, «Transforming Literacy: Changing Lives Through Reading and Writing», afirmaban «requiere que los seres humanos utilicen y desarrollen las habilidades de atención para estar atentos y ser totalmente conscientes». Si hay algo que las personas serias necesitan es estar atentos y ser conscientes del origen de las noticias que reciben.
Pero no pensemos que los periódicos que se publican sitúan el nivel de exigencia intelectual de los lectores de forma que pudiera hacerlos volver a sus dispositivos. Todo lo contrario. Un reciente estudio de la firma de neuromarketing canadienseTrueImpact comparaba los efectos del marketing en papel frente a los de los medios digitales. ¿Las conclusiones? «Los materiales de marketing impreso requieren un 21 por ciento menos de esfuerzo cognitivo para su procesamiento que los medios digitales». Y en una prueba que se realizó como apoyo al estudio, y de la que seguro tomarán buena nota los clientes de publicidad, el recuerdo de marca de los materiales impresos fue un 70 por ciento superior que con los medios digitales.
Así que, la próxima vez que se siente y lea un periódico impreso con los modernos sistemas de impresión de alta tecnología, piense en los beneficios para sus apreciados ojos, su exigente intelecto y su espíritu cívico.