Redacción Alabrent
¿Por qué no usar este concepto como ventaja competitiva y modificar en consecuencia el contenido?
Para comenzar, la gestión de documentos y de salida está directamente relacionada con el contenido. Dependiendo del canal de salida, el contenido debe ser proporcionado en el idioma que el destinatario desea. Limitarse a traducir el texto sería perder la marca, por eso hablamos de localización de los documentos.
Nivel 0 – Sin localización
Para comprender mejor la relevancia y complejidad de este tema, pensemos en la localización como un ejercicio intelectual con diferentes niveles de dificultad, empezando por el nivel 0: la primera pregunta que surge es si la localización no se requiere en casos particulares. En muchos países con un único idioma oficial (como Alemania o Austria), la localización cae en el olvido. Otras lenguas regionales oficiales (como el esloveno en algunas partes de Austria), definitivamente tienen poca influencia fuera de las comunicaciones del gobierno. Pero la situación está cambiando hoy en día. El porcentaje de migrantes en toda la población (incluidos los descendientes de la primera y segunda generación) representan el 19 por ciento en Alemania (2011), aproximadamente el 20 por ciento en Austria (2014) y son un 36 por ciento en Suiza (2013) – datos sin duda que nos hacen reflexionar.
Para determinar si merecen la pena el gasto y el esfuerzo de la localización es necesaria la identificación y el análisis de los grupos destinatarios de interés. Por ejemplo en Alemania más del tres por ciento de clientes de seguros son originariamente turcos. En cifras absolutas eso significa que dos millones de asegurados podrían entender el turco mejor que el alemán e incluso los hablantes nativos pueden encontrar la letra pequeña difícil de entender en alemán. Entonces ¿por qué no producir documentos que sean más fáciles de entender para la mayor parte de la base de clientes desde el primer momento?
Nivel 1 – Idiomas multiples solamente para receptores domésticos
Una vez que se ha decidido localizar, lo que se requiere es hacer frente a más preguntas como si se fuera a producir documentos multilingües solamente para receptores locales. En este caso no necesitaremos tener en cuenta las especificaciones concretas de cada país. Pero incluso entonces, la traducción no es suficiente pues podríamos necesitar modificar imágenes o gráficos además del texto. En particular, los documentos de negocio personalizados contienen variables en el texto que requieren decisiones en base a caso por caso, algo que depende del idioma y que podría tener que ser estructurado de manera muy diferente. Tomemos las siguientes tres situaciones (0, 1 y n): “...no tiene otras pólizas,” “tiene otra póliza,” “o tiene otras tres pólizas.” No podemos simplemente sustituir un parámetro de situación por “tiene {un número} de pólizas.”
En casos como éste, la lógica de negocio necesita ser separada de la lógica lingüística y considerarse y aplicarse de forma individual. Tomemos el ejemplo del seguro del coche. Muchas de las aseguradoras ofrecen a sus clientes un descuento por aparcar el coche en el garaje de su casa. Por el lado empresarial, el cumplimiento de esta solicitud activa un descuento. Por la parte lingüística, se suministran los datos en bruto a la gestión de salida que contienen un indicador basado en esta norma y posteriormente se genera un bloque de texto en el documento apropiado.
Después, durante el formateo (composición), se selecciona la versión correcta del bloque de texto y el marcador de posición es sustituido por el texto lingüísticamente preciso. Por tanto, la lógica lingüística debe convertirse muchas veces, una vez para cada idioma y tal vez incluso para cada formato de salida (impresión/PDF, HTML, etc.).
Además de la compleja sustitución de las variables, la localización debe abordar también otros elementos. Un valor de fecha de un archivo XML, por ejemplo “16-10-2015” (en formato de esquema ISO 8601 o XML) tiene que ser reformateado a “16 de octubre de 2015” o a “10/16/2015.” Las cifras también deben ser apropiadamente preparadas. Además, el diseño también tiene que tener en cuenta que algunos idiomas generan texto más largo que puede cambiar líneas y saltos.
Nivel 2 – Más allá de las fronteras
Cuando una empresa envía los documentos fuera del país el tema aún se complica más. En este caso la gestión de salida no es el único componente. También hay que considerar el concepto de la presencia en Internet de una compañía para un público internacional. Rápidamente datos y cifras tienen que ser formateados de forma diferente para cada país. La cantidad “7654,12 €” en Alemania se convierte en “7.654,12 €” en Austria y “Fr. 7654.12” en Suiza.
También puede ser fácil seleccionar estructuras de datos para los formatos de intercambio como XML; tomemos como ejemplo el formateo de una dirección postal. El código postal puede ir antes que la ciudad (USA) o debajo de la ciudad (Inglaterra).
Además pueden trabajarse otras diferencias: las unidades de medida que varían de un país a otro (grados centígrados frente a grados Fahrenheit, centímetros frente a pulgadas, metros frente a pies)y lo mismo pasa con el tamaño del papel habitualmente usado a la hora de imprimir.
Nivel 3 – objetivos por grupos y culturas
Tampoco hay que olvidar que cada país tiene distintos requerimientos legales que pueden afectar a la emisión de los documentos. Algunos de los temas relacionados con el cumplimiento de la normativa pueden ser tener en cuenta normas fiscales especiales como el IVA o pliegos de condiciones de precios que varían de un país a otro.
Otra cuestión es cómo manejar diferentes grupos específicos. Cultura, religión, estética, ropas, el significado del color y formalismos de saludos juegan todos un papel en la localización. Ya hemos hablado de la importancia de la selección de palabras, pero el tema se complica cuando los idiomas cambian del estándar “de izquierda a derecha” de las lenguas Latinas. El hebreo y el árabe se escriben de derecha a izquierda y luego de arriba abajo. Los calendarios también difieren. Las vacaciones tienen carácter regional y el lunes no es el primer día de la semana en todos los sitios. Incluso nuestro calendario gregoriano no se usa en todo el mundo.
La localización implica muchos aspectos que representan desafíos en un grado mayor o menor. Cada situación debe ser analizada y dirigida de forma individual.
El contenido frente a la presentación
Además de separar la lógica de negocio de la lógica lingüística, la internacionalización requiere diferenciar el contenido de la presentación. Para ello es fundamental tener en cuenta los siguientes factores:
¿Cómo representar la información en formatos de intercambio que son en gran medida independientes del lenguaje?
¿Cómo se presenta esta información al receptor?
¿Necesita la dirección guardarse en un formato estructurado o ya está a disponible en el mejor formato para la conversión? ¿ambos formatos deben ser mantenidos?
¿Qué aspectos están internacionalizados y dónde? ¿en aplicación técnica, en la gestión de salida o en qué lugar? ¿Pueden algunas cosas manejarse de forma centralizada para todos los canales de salida de manera que no necesiten la conversión individual para diferentes tecnologías?
En este sentido, la separación estricta del contenido de la presentación usando la tecnología apropiada como XML ayuda enormemente.
Convertir lo obligatorio en voluntario
En resumen, la localización es más que una mera traducción. Conlleva muchos factores a tener en cuenta y no siempre se responde a todos los aspectos. Una empresa ganaría puntos sustanciales con sus clientes ofreciendo comunicaciones con algo más que el idioma o idiomas requeridos. La localización puede ser abordada no sólo como una necesidad sino que también puede ser voluntaria y es impulsada no sólo por el aumento del cumplimiento legal, sino también las necesidades de los departamentos de marketing. Por supuesto que los análisis de beneficio/coste son esenciales para determinar hasta dónde podemos llegar. El impacto sobre la arquitectura IT puede ser muy caro por eso es esencial abordar la cuestión de la localización de documentos y la gestión de la producción antes de invertir en nuevos sistemas.