Redacción Alabrent
Este año, en el que los premios ADG Laus celebran 51 ediciones, ADG-FAD homenajea la trayectoria y el legado de Toni Miserachs y le otorga el premio Laus de Honor por su aportación a la definición de la profesión y a la docencia, por su tarea incansable con el asociacionismo profesional y para reconocer el liderazgo femenino en un sector donde las mujeres permanecían invisibilizadas y donde, todavía hoy, están lejos de lograr la visibilidad que les corresponde.
Toni Miserachs: una vida vinculada a la comunidad del diseño
Tras terminar sus estudios en educación infantil, Toni Miserachs (Barcelona, 1942) comenzó a estudiar diseño gráfico en la escuela Elisava donde, en palabras propias, por fin encontró su sitio. Mientras cursaba sus estudios, empezó su andadura profesional primero como aprendiz junto a Yves Zimmermann y después en la empresa Industrias Gráficas Casamajó donde permaneció hasta el año 1965, cuando decide fundar su propio estudio.
En una época donde los procesos de trabajo eran fundamentalmente manuales, Toni Miserachs desarrolló multitud de proyectos editoriales, identidades y carteles para clientes como Lumen, Ketres, Edhasa, Ediciones 62, MACBA o Museu Picasso, entre muchos otros. Destaca su colaboración con Enciclopèdia Catalana, con obras enciclopédicas como "Biosfera", "Historia natural de los Países Catalanes" o el "Atlas de Historia de Cataluña".
Toni Miserachs estuvo ligada a la trayectoria de la escuela EINA desde sus inicios en 1967. Alternativamente ejerció como profesora, jefa del departamento de Diseño Gráfico, jefa de estudios, miembro de la Junta Rectora y, finalmente, como directora entre los años 1996 y 1998.
También fue una de las fundadoras de la Agrupación de Comunicación Visual del FAD (1971) y de la Asociación de Diseñadores Profesionales (ADP), de la cual fue presidenta durante el periodo 1994-1997. Recientemente, fue miembro de la Junta Directiva del FAD entre 2009 y 2012.
El diseño gráfico, un oficio en el que la mirada importa
Toni Miserachs concibe el diseño gráfico como un sistema de simplificación de la vida de las personas: un acto de transmisión de mensajes que, a partir de un encargo, pasan por el diseñador o diseñadora y van a parar al público.
Pese al transcurrir del tiempo y las mutaciones que experimenta la profesión, para ella el papel del diseñador continúa siendo el mismo: hacer de correa de transmisión de un comunicado que proviene de un particular, empresa o institución, intentando expresar el mensaje de la manera más clara, entendible y cuidada para que el resultado sea útil para el público que lo va a recibir.
Con la introducción de la tecnología, la realización formal de los proyectos dio un salto ventajoso a la hora de acortar los tiempos y facilitar los procesos de trabajo. Toni Miserachs tuvo que adaptarse a los cambios y seguir aprendiendo. Sin embargo, afirma que su proceso mental y su método de trabajo continuaron, y continúan, invariables: «escuchar y saber qué quiere el cliente, y de lo que quiere el cliente extraer lo que realmente necesita para negociar y definir las características del trabajo. A partir de aquí, analizar al cliente y a los usuarios finales y empezar a buscar una idea matriz para desarrollar el proyecto y darle forma».
Pese a no destacar ninguna influencia notable en su trayectoria, Toni Miserachs se define como una apasionada de los viajes, de los libros, del color; elementos de los que siempre se ha nutrido. De hecho, para ella el diseñador gráfico tiene que mirar constantemente, todo el día y en todas las direcciones pero sin dejarse bombardear por el exceso de información que recibimos, ya que «una cosa es mirar y otra cosa es absorber todo lo que te envían, porque el hecho de mirar comporta una actitud selectiva y el de recibir implica una actitud mucho más pasiva».
El diseño gráfico ha sido para Toni Miserachs un medio de subsistencia con el que se ha divertido mucho. Consciente de que no siempre es posible encontrar y desarrollar este equilibrio en el trabajo, se considera una mujer afortunada. Todavía a día de hoy, Toni acepta encargos de forma selectiva. El trabajo le sigue divirtiendo, permitiéndole también mantener esa mirada activa con la que ha percibido el mundo siempre.
El premio Laus de Honor es el reconocimiento de ADG-FAD a una trayectoria de significativas aportaciones a la profesión y a la cultura del diseño gráfico. En pasadas ediciones han sido distinguidos con este premio profesionales tan relevantes como America Sanchez (2020), Ana Zelich (2019), Oscar Mariné (2018), Enric Aguilera (2017), Yves Zimmermann (2016) o Raquel Pelta (2015), entre otros.