Redacción Alabrent
Sin embargo, para la inmensa mayoría de las empresas, lo más habitual es que la «temporada alta» se produzca entre el Día de Todos los Santos y Navidad. El ajetreo de las fiestas. El Black Friday. La fiebre de los regalos. Su última oportunidad de incrementar los márgenes en un año próspero, o al menos de equilibrar las cuentas en tiempos difíciles.
Lamentablemente, los mecanismos más tradicionales en la fabricación y la gestión logística en el ámbito de la moda, las prendas de vestir y el textil presentan limitaciones evidentes en términos de eficiencia. Si su estrategia operativa no se construye teniendo en cuenta los períodos de alta demanda, es posible que tenga que trabajar a contrarreloj y de una manera frenética para satisfacer esa demanda, y verse superado por un «momento crítico» predecible pero infernal que le situará en una posición vulnerable en caso de que algo salga mal (por ejemplo, si ocurren problemas con la tecnología, interrupciones de la cadena de suministro, desastres naturales u otros acontecimientos imprevistos). Si su estrategia operativa se orienta a satisfacer la demanda de un periodo de máxima actividad, la producción puede tener lugar con meses y meses de antelación en previsión de una demanda que puede no llegar a materializarse o retrasarse por periodos importantes de inactividad (o ambas cosas).
Dar respuesta a la dinámica singular del mercado de «temporada alta» es una virtud esencial en el ámbito de la producción digital, sostenible y bajo demanda. ¿Cuál será el artículo más popular cuando lleguen las vacaciones? ¿Cuántas prendas necesitará fabricar?
Gracias a la versatilidad que aporta la impresión textil digital en un solo paso, la necesidad de pronosticar estas cifras fundamentales simplemente desaparece.
Fabricamos hoy lo que vendemos hoy. Si mañana se vende otra cosa, lo fabricaremos mañana. Estamos en la era de la monetización de las redes sociales, los micromomentos, la proliferación de herramientas de diseño en línea, la explosión de aplicaciones que brindan a los creadores opciones para monetizar inspiraciones y construir marcas personales, el NFT, el Metaverso... En este contexto, cuando surja la oportunidad de satisfacer la nueva demanda a lo largo del próximo año, la agilidad de la producción digital permitirá a los fabricantes aprovechar esas oportunidades y crecer, sea cual sea el contexto económico. Lo que se vende en un día concreto, lo fabricamos ese mismo día.
Veamos el ejemplo de Trevco, un proveedor bajo demanda de ropa personalizada y con licencia, con plantas de fabricación en Michigan y Utah. Aunque utilizan múltiples mecanismos de producción para responder puntualmente a la demanda de diversos productos, la fabricación digital directo a prenda (DTG) en un solo paso basada en pigmentos les permite satisfacer los volúmenes estacionales más elevados y mantener, al mismo tiempo, una trayectoria de crecimiento constante.
James Drake, su vicepresidente de operaciones, describe estos sistemas como un «cambio de paradigma» en la logística bajo demanda, y recuerda que la producción digital rápida significa que «no tenemos que preocuparnos de adquirir camisetas con antelación y luego preimprimirlas para venderlas. Podemos seleccionar una plantilla, imprimirla una vez realizado el pedido y, a continuación, enviarla. Ahorramos en términos de mano de obra y velocidad de producción ya que no hay que preocuparse por el tratamiento previo y porque podemos imprimir bajo demanda. El hecho de sacar provecho de ese ahorro, tanto en mano de obra como por la posibilidad de imprimir bajo demanda, nos permite agilizar la producción de camisetas; muchas veces trabajamos con plazos de entrega de uno o dos días, y poder hacer eso supone un gran ahorro».
Como mínimo, la ventaja de la producción bajo demanda es doble. Es cierto que poner fin a la necesidad de modelos de producción basados en pronósticos reduce el exceso de existencias y optimiza los márgenes de beneficio, pero además este modelo también proporciona un beneficio en términos medioambientales. Al fabricar solo lo que se vende, se generan menos residuos y se reduce el consumo energético. Las empresas reducen las emisiones de gases de efecto invernadero, al tiempo que ofrecen a consumidores y marcas más posibilidades gráficas y de color, con una gama más amplia de tejidos y aplicaciones, con más agilidad que nunca y sin comprometer la calidad o la durabilidad.
Creemos que el perfeccionamiento de las capacidades de producción textil digital sostenible bajo demanda es la clave para que la fabricación de prendas de vestir genere menos residuos, sea más respetuosa con el medio ambiente y responda mejor a las necesidades de un mercado mundial tremendamente creativo y cada vez más centrado en la web.
Tal como expresamos en nuestro informe de 2021 sobre el impacto ambiental, social y de gobernanza corporativa, el objetivo en última instancia es «transformar radicalmente el mundo de la moda y los textiles para contribuir a un planeta mejor y más sostenible». Si bien esto puede sonar un tanto arrogante cuando hablamos de responder a los desafíos que plantean las frenéticas campañas navideñas, creemos que la producción digital bajo demanda ha madurado hasta el punto de capacitar a los fabricantes para hacer frente a cualquier reto operativo, incluidas las fluctuaciones estacionales, las disrupciones imprevistas (como las experimentadas durante la COVID-19), la repentina popularidad de las aplicaciones de nuevos productos y la localización de la producción para eliminar las complejidades logísticas y el tiempo de comercialización. Los fabricantes que han decidido apostar por la producción digital bajo demanda piensan cada vez más en la sostenibilidad como un componente básico de una estrategia de crecimiento, en lugar de verla como una obligación que hay que justificar.
«Pienso que todas las empresas deberían hacer todo lo que esté en sus manos para operar con los máximos estándares de sostenibilidad y respeto medioambiental», señala Axel Jones, director de My Needs Are Simple, un fabricante de ropa ubicado en Gales. Aunque la empresa prioriza la responsabilidad de las prácticas de fabricación en sus inversiones tecnológicas, Jones destaca que la solución bajo demanda de Kornit «supera ampliamente a la competencia en términos de coste por impresión. Es, sin lugar a dudas, la máquina de impresión DTG más rentable».
Esta es una sensación compartida por Sherry Barry, de The Fashioneer, una incubadora de moda con sede en Arizona que utiliza la producción sostenible bajo demanda para eliminar las barreras logísticas para particulares y aspirantes a diseñadores de moda: «Quiero hacer del diseño de moda algo divertido, que haga sentir bien a la gente, que tengan una prenda que puedan llevar toda la vida y que sea la más sostenible del mercado», afirma Barry. «Con una tecnología como esta, todos estos creadores pueden imprimir, automatizar, cortar, empaquetar y enviar sus creaciones a sus clientes.»
La producción digital bajo demanda permite crear solamente aquello que se vende, trabajando con márgenes más elevados y generando menos residuos. Esta estrategia genera el mayor rendimiento posible para su «temporada alta», al tiempo que ofrece una experiencia que es ecológica y eleva el listón de la industria de la confección de manera que productores, creadores y consumidores se sienten bien, en todos los aspectos.
Ojalá en esta campaña navideña su negocio sea más verde y más fuerte que nunca.