Redacción Alabrent
Es muy difícil escoger aquel instante, aquella imagen o aquel recuerdo que mejor represente todos estos 35 años pero siempre, en toda trayectoria, existen algunos que marcan y dejan huella porque suponen, de una u otra forma, un punto de inflexión. El primer paso por otro camino diferente al que ibas.
Empezar. Es, claramente, uno de ellos. “Justo en ese preciso momento cuando las primeras demostraciones de confianza en tu persona o en tu proyecto son fruto no de los que somos sino de quienes somos”. "Es aquí dónde queremos dar las gracias a todos aquellos primeros clientes y proveedores que confiaron en OMC. Seguimos siendo compañeros de viaje de muchos de ellos".
Y llegó 1992. Hasta no hace mucho, uno de los momentos más difíciles de nuestra economía y de nuestro sector. El horizonte era gris, casi negro. Y Graphispag fue como tirar una moneda al aire. “Podía salir cara, podía salir cruz. Salió cara”. Y salió cara gracias a aquellos impresores que, plantando cara a la adversidad, apostaron por seguir invirtiendo en maquinaria de impresión y acabado offset de última generación. Año en el que empezaron a trabajar marcas emblemáticas en su historia, como Komori y Rollin, y dónde empezaron a ser proveedores protagonistas en el mercado de impresión offset.
El impacto de dicha crisis fue especialmente virulento en el sector gráfico con muy significativas caídas de actividad, empleo, facturación… Obviamente, esta coyuntura les exigió buscar nuevas soluciones para dar respuesta a nuevas demandas o exigencias de mercado: tirada corta, entregas rápidas… Y fue así como entraron, conjuntamente con MGI, en la impresión digital. Complemento natural del impresor offset para dotar de mayor flexibilidad su negocio.
De todas formas, años duros y complicados. Máxime teniendo en cuenta de dónde veníamos. Aún, en su memoria, estaba presente Graphispag 2007, uno de los puntos más álgidos de nuestro sector a nivel nacional.
Y, durante esos años, pasos cortos pero firmes. Su condición y perfil de empresa (familiar) distribuidora, así lo exigía. Hasta 2015.
¿Qué pasó, pues, ese 2015? Toda su trayectoria profesional se había dirigido, casi exclusivamente, al mercado de impresión comercial y packaging, ya fuera en hoja y/o bobina. ¿Por qué no trasladar toda su experiencia y conocimiento a otro mercado? Dicho y hecho. Desembarcaron en el mercado de la etiqueta autoadhesiva, con tecnología de impresión offset semi-rotativo de Miyakoshi.
"Si seguimos siendo una de las empresas familiares con más larga trayectoria en el sector, si seguimos siendo merecedores de su confianza y si seguimos aportando soluciones y avances a nuestros clientes; sólo así se cumplirá nuestro deseo".