Redacción Alabrent
La encuesta, realizada por Ricoh a 573 trabajadores de oficina de empresas europeas con una plantilla de entre 251 y 1.000 empleados, revela que una inversión incoherente en tecnología está afectando negativamente a la motivación, ya que los empleados deben esforzarse por encontrar tiempo para llevar a cabo tareas personalmente gratificantes o que aporten un gran valor. Esto pone de manifiesto el riesgo de que los empleados de más talento abandonen la empresa para trabajar en otra con una forma de trabajo digitalizada que resulte más provechosa y que se adapte mejor a sus hábitos laborales.
Casi dos tercios (65%) piensa que su empresa ha digitalizado los procesos para imitar a clientes, socio o a la competencia, en lugar de evaluar una necesidad específica. Al profundizar en la relevancia de los procesos digitales de sus empleadores, dos de cada cinco encuestados (39%) afirma no disponer de información en tiempo real para relacionarse adecuadamente con los clientes. Mientras tanto, solo una cuarta parte (26%) afirma que su empresa ha invertido en herramientas digitales o de comercio electrónico para mejorar la experiencia del cliente.
Sin embargo, a pesar de todas las nuevas tecnologías implementadas, no se ha reducido la carga laboral de los empleados. De hecho, un 42% considera que las plataformas tecnológicas adoptadas durante la pandemia están aumentando su carga laboral, en lugar de reducirla. Al mismo tiempo, un tercio de los trabajadores sienten la presión de estar más tiempo conectados, lo que supone un aumento del 13% respecto al año pasado.
La adopción del teletrabajo y de nuevas formas de trabajo ha hecho aflorar también la preocupación por la vulnerabilidad en materia de seguridad. El 45% de los empleados admite estar preocupado por compartir archivos con el destinatario equivocado de forma involuntaria a través de los nuevos canales digitales. Al mismo tiempo, un porcentaje similar (47%) cree que sus jefes utilizan la tecnología para tenerlos vigilados mientras trabajan desde casa.
Ramon Martin, CEO de Ricoh España y Portugal, explica: «La pandemia ha supuesto una oportunidad para las empresas de abordar el reto de la transformación digital que tenían pendiente. Es sorprendente que algunas han realizado inversiones para equipararse a sus competidores o socios, sin tener en cuenta que este hecho minaba la motivación y el compromiso de su gente. ¡Craso error! La inversión en tecnología y la adopción de nuevas formas de trabajar deben estar motivada por las necesidades reales de tu empresa, de tus empleados y de tus clientes. Porque cada negocio tiene desafíos tecnológicos y de comunicación específicos, y solo así se pueden identificar qué soluciones tecnológicas ofrecen el máximo impacto».