Qué es un líder. Valores para un liderazgo de referencia

Cuando imaginas cómo debería ser un líder para ti ¿cuáles las palabras que primero llegan a tu mente? Habitualmente recurrimos a las mismas. Un líder debe ser:
- Carismático.
- Empático.
- Comunicador.
- Ejemplar.

No existe un solo líder mundial con “dotes innatas”. Las habilidades se aprenden y para ello debe buscarse la oportunidad, las condiciones, el conocimiento y el maestro.

Xavier Teixidó

¿Verdad? Todas ellas son ciertas, y además falta la más importante: resolución. Un líder está enfocado en el objetivo, totalmente. Un líder hace de la misión su obsesión. Y muy a menudo los grandes y verdaderos líderes son retratados como auténticos tiranos, verdaderos bastardos cuando de lo que se trata es de lograr resultados. Otra cosa es que la imagen que tenemos de ellos se ajuste a la realidad. Por ejemplo, a todos nos gusta admirar a Bill Gates, pero durante muchos años, y para lograr lo que logró, se iba los domingos por la tarde a hacer guardia en el aparcamiento de sus oficinas, y así anotar las matrículas de los coches aparcados de sus empleados para controlar quién estaba realmente implicado y quién no.

No existe un solo líder mundial con “dotes innatas”. Las habilidades se aprenden y para ello debe buscarse la oportunidad, las condiciones, el conocimiento y el maestro. El conjunto de habilidades que preparan para el desempeño son las que facilitan la capacidad para realizarlo.

Decía Tony Robbins algo parecido a que los mediocres reaccionan y los líderes se anticipan. La capacidad de anticiparse se obtiene esencialmente a través de la experiencia real, nada de simulaciones. La experiencia (también la buena), los errores, los fracasos, las oportunidades de aprender, levantarse y volver a por más y con más fuerza son los pilares de cualquier buen líder. Cuando ya has pasado por un camino parecido, es lógico saber lo que puedes encontrarte y escoger con más precisión la decisión más conveniente.

Cómo se mueve, trabaja y motiva un líder
Como dije anteriormente, a ser líder se aprende, no se nace. Nadie nace con estas capacidades. Sólo un entorno adecuado, condiciones óptimas, vivencias precisas, crisis superadas y muy especialmente una necesidad brutal de aportar algo al mundo crean la necesidad de que esas altas capacidades se manifiesten en alguien. Un líder, como dije, se hace, y se hace sobre todo intentándolo más veces de las que se falla. Es el único secreto, la voluntad enfermiza de querer lograrlo.

Estos son los puntos esenciales que todo líder debe considerar y que yo he podido recibir muy especialmente en mi aprendizaje de disciplinas japonesas. Todos ellos los pongo en práctica a diario:

- Establece objetivos realistas. Pon año, día y hora. Divide el gran objetivo en microobjetivos a lo largo de una línea de tiempo. Acumula pequeños logros que al final del camino sumen como un gran objetivo cumplido en lugar de querer lograr alcanzar todo objetivo de golpe.

- Sé creativo. La creatividad constante te diferencia de la competencia, da valor a tu producto y genera interés. No temas que te plagien o te copien, es normal, te vuelves una referencia.

- Cultiva tu sentido del humor. Una historia divertida y bien contada que contenga la información a transmitir entra sola, por osmosis directa. Captas la atención, te muestras cercano y humano, empatizas y ganas efectividad para hacer llegar el mensaje. Las metáforas son ideales.

- Organiza, planifica y transmítelo. El orden y la planificación aportan seguridad y confianza. Poca improvisación, incluso la improvisación se puede preparar. Todo lo que quieras hacer, en tiempos, formas y espacios, transmítelo a cada miembro del equipo. Todos deben tener la misma información. Si solo está en tu cabeza, no funcionará.

- Practica a diario y permítete el fallo. Un líder es una persona que ya ha pasado por ese camino y lo que hace es llevarte de su mano casi sin que te des cuenta de que te está sujetando. Te empujará y te presionará para que siempre estés en movimiento. Caerse también forma parte del avance.

- Proyecta tus metas. Visualiza qué quieres y cuándo lo quieres. Constantemente, como un mantra. Eso activa los neurotransmisores que necesitas para provocar la oportunidad de que se produzca, pero recuerda, debe pillarte en movimiento.

- Rodéate de gente experta. Para ser un león, hay que vivir entre leones. Para ser un buen líder, hay que vivir entre líderes. Sin más. Es la ley natural. Si los leones viven a 10.000km de tu casa, no valen excusas. Tu motivación debe poder más que cualquier cosa. Trabaja para poder hacer tus maletas e irte a vivir con ellos.

- Cumple las promesas. Si prometes un aumento tras alcanzar un objetivo, cúmplelo. Si prometes días de vacaciones, un viaje, una formación, un extra… Hazlo inmediatamente en cuanto finalice el proyecto. Sé congruente y consecuente.

- Usa una comunicación verbal y no verbal perfecta. Tus palabras, tus gestos, tus microexpresiones… Todo influye en lo que quieres transmitir. Siempre menos es más. Un abrazo, un apretón de manos, un guiño, una palabra en el momento justo hacen que alguien se empodere en 2 segundos.

- Piensa fuera de la caja constantemente. Sé disruptivo, heterodoxo, poco corriente, no te conformes fácilmente. En definitiva sé original. Mantén el espíritu autocrítico, siempre hay gente mejor.

- Corrige en privado, felicita en público. No hay nada más desagradable que llevarse una bronca delante del todo el departamento o que nunca reconozcan repetidos logros por tu parte. Sé considerado y cuidadoso. La comunicación, de nuevo, es un elemento fundamental incluso para despedirte.

- Mantente humilde. Escucha y agradece. No lo sé, por favor, gracias, lo siento. Palabras mágicas para la vida personal y profesional. Úsalas generosamente.

- Sé un ejemplo inspirador. Un líder es alguien reconocido como tal por sus semejantes, no sólo por sus seguidores. No seas del estilo “haz lo que digo pero no lo que hago”. Si dices que puedes hacer algo, hazlo y demuestra que eres alguien digno de reconocimiento y confianza.

Quieres ser un buen líder? Empieza a trabajar desde hoy mismo en ti, en tus emociones, en tus recursos, tus fortalezas, en aceptar tus carencias, en tu forma de expresarte y sobre todo comunicarte. Busca un buen maestro, busca un buen líder que te muestre el camino, es una empresa que vale la pena.

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