Redacción Alabrent
El origen de sus materias primas, su proceso de fabricación, los circuitos de logística y transporte que ha seguido y el envase que lo ha protegido en todo el recorrido, son algunos de los aspectos fundamentales a la hora de valorar la sostenibilidad de un producto. Detrás de cada acto de compra debería haber un ejercicio de responsabilidad. Y la sociedad cada vez es más consciente de ello.
Centrándonos en el capítulo de los envases, solo los que consumimos a diario suponen un 50% de los residuos que producimos, por lo que mitigar su huella ambiental es uno de los grandes retos a los que se enfrenta en la actualidad la industria del gran consumo. Y ahí es donde se observan grandes diferencias entre unos materiales de envases y otros… La propia Ley de Residuos, que fomenta la utilización de envases y embalajes sostenibles y los define como los fabricados con materias primas renovables, reciclables y biodegradables, pone como ejemplo el papel, el cartón ondulado, el cartón compacto y la madera. Porque no hay nada más respetuoso con la naturaleza que lo que procede de la propia naturaleza.
Elegir envases
Debemos saber elegir qué envases consumimos y, qué huella ambiental tienen. Y la sostenibilidad de los envases debe incorporarse como una palanca más en nuestros hábitos de compra.
Recientemente, la Asociación Española de Fabricantes de Envases y Embalajes de Cartón Ondulado (AFCO) elaboró un estudio con conclusiones reveladoras. Preguntados los españoles por qué materiales creen que son los más sostenibles, respondieron que el cartón es el considerado más verde con un 41,7% frente al vidrio (28,4%), la madera (13,9%) y a larga distancia el plástico (5,7%) y el aluminio (2,3%). Las cifras son más categóricas cuando ponemos cara a cara el cartón con el plástico: un 76,7% de los encuestados se decanta por la primera opción, frente a un 10,7% que lo hace por la segunda, según la encuesta titulada “Envases y embalajes: percepción de la sociedad”.
El punto de partida de la fabricación del cartón ondulado es el papel, una materia prima que proviene de la madera y del reciclaje. A partir de aquí, funciona como un ciclo integrado. El papel crece en los árboles y hace crecer los árboles. La superficie forestal europea aumenta a una media de 700.000 hectáreas al año, gracias en gran medida a la industria del papel y del cartón. Estas plantaciones, a su vez, actúan como eficientes sumideros de CO2. En el caso de España, las 450.790 hectáreas de plantaciones de bosques destinadas a producir madera para fabricar papel absorben unos 31 millones de toneladas de CO2.
Reciclaje
Asimismo, el cartón ondulado es uno de los materiales que mejor se recupera y recicla. Una vez usados, los envases de cartón se convierten en materia prima secundaria que vuelve a ser introducida en el circuito para fabricar nuevas cajas. Un proceso con cero residuos, que además genera importantes ingresos económicos y empleo. En España la recogida de papel y cartón para reciclar ascendió el año pasado a 4,7 millones de toneladas, (un 3,1% más). El equivalente a 45 grandes estadios de futbol. Actualmente, en España el 71% del papel que consumimos se recoge y recicla tras su uso.
Es más, en el debate de la sostenibilidad de los envases, si se tiene en cuenta el análisis de ciclo de vida completo, reciclar tiene un menor impacto ambiental que reutilizar. Además de optimizar los flujos, con las cajas de cartón de un uso, no se necesitan ni químicos, ni detergentes para ser limpiadas, ni tampoco viaje de retorno, evitando la logística inversa de los reutilizables, con el consiguiente ahorro económico y ambiental. Un estudio comparativo realizado por la Escuela de Negocios IESE concluyó que la industria de los embalajes de cartón ondulado emite prácticamente la mitad de CO2 que la industria de los embalajes reutilizables de plástico.
La colaboración ciudadana, no solo a la hora de reciclar, sino de elegir envases respetuosos con el medioambiente, además de la apuesta decidida de las Administraciones y de la industria del gran consumo, será imprescindible si queremos cumplir con el mejor comportamiento ambiental que nos exige el futuro. Tomemos consciencia y actuemos con urgencia. Consigámoslo entre todos.