Redacción Alabrent
La serigrafía es una técnica antigua y a su vez vigente hoy en día. Lo que es evidente es que si pensamos en montar un taller de serigrafía lo tenemos que hacer con criterios actuales para que sea productivo y rentable. En primer lugar debemos definir cual es nuestro objetivo y qué campo de aplicación de la serigrafía vamos a desarrollar. No es lo mismo estampar camisetas, que la serigrafía de obra gráfica, por citar solo un ejemplo. Aunque esto no debe asustarnos ya que básicamente la diferencia estará en la tinta que vayamos a utilizar. Una vez definido el proyecto se debe dividir en varias secciones: preimpresión o fotolito, forma permeográfica o pantalla, serigrafiado y todo lo que son acabados posteriores necesarios para terminar correctamente el producto.
En la parte de preimpresión es donde se han producido más novedades o innovaciones con el paso del tiempo. Desde los originales recortados en película roja a mano hasta los actuales procesos de CTS.
Preimpresión
El fotolito sigue siendo la mejor opción para la serigrafía en cuanto a relación precio/calidad. Su principal inconveniente es que, dado su reducido uso en las Artes Gráficas en general, tiende a desaparecer. Ya son pocos los talleres de fotomecánica que ofrecen este servicio, la película es cara y si se estropea una filmadora ya no se arregla ni substituye.
Esto nos ha de hacer pensar en buscar otras alternativas, si bien para empezar sigue siendo lo más económico la filmación en película, siempre que se disponga de un proveedor que pueda suministrarnos con regularidad y a buen precio los fotolitos convencionales. De no ser así, mi consejo es que no invirtamos nada en este apartado ni intentemos hacerlos nosotros en nuestro taller, como era práctica habitual antaño. Nunca se amortizará el coste de una filmadora más una reveladora, es mejor ir directamente al CTS.
¿Qué otras opciones tenemos? La más económica pero de menor calidad es la de utilizar algún tipo de impresora digital de inyección de tinta que pueda dar suficiente opacidad de negro sobre una película semitransparente, la transparente no sirve. Este sistema es válido para tipografías grandes, fondos, etc. No sirve para tramas finas.
Si económicamente nos es posible, lo mejor es plantearse de entrada la opción del CTS (Computer to Screen). Este sistema ha evolucionado mucho y ofrece resultados de gran calidad. También es cierto que no todos los CTS son iguales. Aún hay sistemas que imprimen cera en la pantalla, son más económicos pero de menor calidad. Los sistemas realmente efectivos son los que gravan la pantalla con láser.
Si podemos incorporar un sistema CTS láser nos ahorraremos la insoladora, ya que la luz láser la substituye. Si no incorporamos un sistema CTS láser será imprescindible adquirir también una insoladora, aunque lo que nos vendan sea un CTS.
Forma permeográfica
En serigrafía se utilizan pantallas (marcos de aluminio con una tela tensada adherida, los hay de diferentes tipos y número de hilos). Una vez la pantalla tiene la imagen gravada se denomina forma permeográfica ya que es la que nos permitirá el serigrafiado. Para gravar la imagen (Fotolito) en la pantalla necesitaremos un emulsionado y secado previo y una fuente de luz para el insolado o endurecemiento (insoladora o CTS láser).
El emulsionado lo podemos hacer manualmente, si los marcos no son muy grandes, o con una máquina emulsionadora. Yo aconsejo este último sistema, ya que nos facilitará el trabajo y nos dará unas capas muy regulares de emulsión, detalle muy importante para obtener el máximo de calidad.
Hay diferentes tipos de insoladoras. Las más económicas son las que utilizan fluorescentes en una mesa con vacío. Este sistema es válido en trabajos que no requieran una gran definición. Otro sistema es el que utiliza una luz halógena de mercurio (aún se fabrican). Este sistema da mucha más definición y es más rápido.
La compra de la insoladora es la que nos puede hacer decantar hacia la incorporación, de entrada, del CTS ya que no son baratas. Una vez la pantalla ha recibido la luz se revela con agua y ya tenemos la forma permeográfica. Aunque no imprescindible es muy útil un armario secador para las pantallas y un aspirador de agua para acelerar el secado.
Serigrafiado
Hasta ahora los fotolitos y las pantallas son prácticamente iguales para todos los tipos de serigrafía. Las máquinas varían en función del soporte y aquí sí que hay muchos tipos diferentes.
Para estampación textil necesitaremos una máquina que pueda mantener la pieza de tela bien sujeta en el tablero y que sean las pantallas las que se vayan posicionando sobre la tela, color por color, para poder garantizar un buen registro.
Para serigrafiar objetos necesitaremos una máquina que se adapte a ellos, ya sea en plano o cilíndrico.
Para serigrafía en plano se utiliza otro tipo de máquina con base aspirante y, en este caso, lo que se mueve es el papel.
Si el taller va a ser de estampación textil es muy importante adquirir una máquina tipo carrusel de calidad y siempre contando con que no nos quedemos cortos en el número de estaciones. Aunque la previsión sea de trabajar solamente con dos o tres tintas siempre se debe contar que se puede necesitar dar dos capas de un mismo color.
Esto representa una base o estación más, o quizás necesitemos un secado intermedio (ocupa el lugar de una estación). Mínimo aconsejable son de 6 a 8 estaciones. La máquina debe ser automática, el serigrafiado a mano es muy lento, fatigoso y poco rentable.
Para la serigrafía de objetos hay dos tipos de maquinaria: Las que permiten serigrafiar en plano objetos voluminosos y las que giran sobre un eje y se utilizan para serigrafiar objetos redondos o cilíndricos, bolígrafos, etc. Son dos tipos de maquinaria totalmente distintos. Estos dos tipos de máquinas generalmente son totalmente automáticas, alcanzando velocidades de impresión muy altas.
Para la serigrafía en plano de cartelería o materiales de muy poco grosor se utilizan máquinas que de media ocupan un mayor volumen, lo normal es un formato mínimo de 70x100 cm en plano. Hay dos tipos: las de libro y las de elevación plana en paralelo.
Las que ofrecen sin duda más calidad y mejor registro son las de elevación plana, tienen cuatro puntos de apoyo frente a los dos del eje posterior de las de tipo libro. Es un detalle importante a tener en cuenta en el momento de la adquisición porque, si bien las de tipo libro acostumbran a ser más económicas, con el tiempo se verá que no son tan rentables porque dan menor calidad.
Como en el caso de la estampación textil las máquinas deben ser semiautomáticas o automáticas, de no ser así la producción será lenta, costosa y por supuesto poco rentable, a no ser que se trate de tirajes muy cortos.
En este punto se debe advertir que actualmente solo se justifica la adquisición de una máquina de serigrafía para cartelería si prevemos que vamos a realizar grandes tiradas del mismo original y que sea imprescindible el uso de la serigrafía (tipo de tinta, pigmentos especiales, texturas, etc.). De no ser así es mejor decantarse directamente por la impresión digital. Será mucho más rentable.
Una vez realizada cualquier serigrafía, ya sea sobre tela o sobre papel, se debe proceder al secado o curado. Si la estampación es textil, necesitaremos un túnel de secado que como mínimo alcance los 165ºC. Estos túneles funcionan por calor.
Para el secado de la serigrafía de objetos o en plano se utiliza también el calor o la luz UV. Las unidades de sacado funcionan conectadas en serie con las máquinas de serigrafiar.
Es cierto que no todo se puede serigrafiar con tinta de secado UV (secado por luz, no calor). Muchas aplicaciones solo son posibles con tintas de secado por evaporación u otras. A pesar de esto, al montar un taller de serigrafía gráfica (no textil), una de las prioridades debe ser la incorporación de un sistema de secado UV, hay diferentes tipos pero su característica esencial es que no seca la tinta en pantalla, lo que nos facilita mucho el trabajo y mejora la calidad del mismo.
Acabados
Una vez realizado cualquier trabajo nos queda el proceso del acabado. Algo tan simple como plegar una camiseta requiere un tiempo y debe ser contabilizado. También en este punto todo se puede mecanizar. Es importante considerar que si no es imprescindible realizar el trabajo de acabado (plegado, troquelado, guillotinado, etc.) en nuestro taller, lo mejor será externalizarlo evitando así una inversión en maquinaria que difícilmente será rentable.
Esta es, a grandes rasgos, mi visión de los puntos claves que deben conocerse en cuando nos planteamos montar un taller de serigrafía. Hay muchos más por supuesto, pero este artículo nos dará una visión general de lo que vamos a necesitar si consideramos llevarlo a cabo.
Es muy importante que, además de saber cuál va a ser el coste y procesos necesarios para el proyecto, nos atraiga esta apasionante técnica y arte que es la serigrafía.