Redacción Alabrent
Esta es la primera motocicleta eléctrica de competición que se lleva a cabo con esta tecnología. El diseño y los materiales, unidos a la pericia del equipo en el circuito, permiten desmontar el carenado en tan sólo 11 segundos y cambiar las baterías en tan solo 5, manteniendo la motocicleta encendida.
El prototipo del equipo EUPT Bikes, de la Universidad de Zaragoza, ha obtenido varios premios en la categoría de motos eléctricas del Motostudent 2016 celebrado en Motorland.
Además de un diseño innovador, la motocicleta ha demostrado tener una gran eficiencia ya que ha marcado el mejor tiempo en los entrenamientos libres, y el segundo en los oficiales, al conseguir una velocidad punta de 175,3 km/h. Esto le ha hecho merecedora del premio al mejor diseño, al segundo clasificado en pruebas dinámicas, y a la mejor moto eléctrica del certamen.
El Motostudent 2016 ha reunido a 52 equipos de universidades de todo el mundo, de los que 19 participaron en la categoría de motos eléctricas.
“Hicimos un estudio del mercado de las impresoras 3D capaces de imprimir piezas tan grandes y fue la Fortus 900MC la que destacó enseguida sobre todas. Al buscar una empresa que la tuviera, enseguida apareció Aitiip Centro Tecnológico” comenta Carlos Valenzuela, integrante del equipo EUPT Bikes.
“Estamos muy contentos con la asistencia técnica que hemos recibido por parte de Guillermo Vicente (responsable de impresión 3D), y la calidad de los prototipos son excelentes” confirma Carlos.
En efecto, la impresora 3D Fortus 900mc de Stratasys permite fabricar piezas de tamaños realmente grandes. Es, de hecho, la impresora 3D industrial más grande que existe.
El basculante de la moticicleta, con unas dimensiones de 680 x 290 x 205 mm ha podido ser fabricado sin ningún problema, de una sola vez, en 48 horas. De hecho la impresora tiene capacidad para imprimir piezas de hasta 914 x 610 x 914 mm.
Los elementos fabricados con impresión 3D son: elementos estructurales (chasis, basculante y subchasis) y elementos secundarios (estriberas, soporte de la dashboard, cárter de baterías.
Este no ha sido el único ejemplo de las inmensas posibilidades que ha generado la impresión 3D en el campo de la automoción. El pasado mayo, una filial del fabricante aeronáutico europeo Airbus presentó en Alemania una motocicleta eléctrica que parecía un queso suizo sobre ruedas: fue fabricada mediante una impresora 3D que inyectó partículas de aleación de aluminio.
El vehículo, denominado “Light Rider”, -en alusión a la ligereza de ésta-, pesa 35 kilos y alcanza una velocidad de hasta 80 kilómetros por hora con una aceleración de 0 a 45 en tan sólo tres segundos.
El diseño del bastidor está realizado mediante un sistema de optimización de la estructura basada en cálculos de elementos finitos, que consigue reducir la masa y el material necesario, manteniendo unos parámetros de resitencia previamente fijados. El algoritmo que lo calcula ha sido desarrollado por la propia APWorks, y está inspirado en estructuras orgánicas.
Fue fabricada por la subsidiaria APWorks, que se especializa en la fabricación aditiva. El cuadro pesa apenas seis kilos, alrededor de un 30 por ciento menos que las motos eléctricas convencionales. Está realizado en una aleación de aluminio, magnesio y escandio, que es resitente a la corrosión, además de ofrecer una resistencia similar al titanio.
El jefe de APWorks, Joachim Zettler, dijo que la compleja estructura hueca no habría sido posible con las tecnologías convencionales de producción, como el fresado o la soldadura.