Redacción Alabrent
La sublimación y la serigrafía son tecnologías complementarias que, en realidad, no compiten entre sí. Por el contrario: mejoran las capacidades y la rentabilidad de las imprentas que ofrecen ambos servicios. Estas son algunas de las razones por las que las empresas de serigrafía deberían pensar en incorporar la sublimación con el fin de mantener no solo la satisfacción de sus clientes sino también la generación de ingresos.
Diversificación
En un mercado que no para de evolucionar en respuesta a las exigencias cambiantes, la diversificación se ha convertido en una necesidad en cualquier negocio de decoración de productos. Ya han pasado a la historia los días en que una empresa se definía mediante una sola tecnología de decoración: serigrafía, bordado, transferencias, sublimación... Una estrategia de este tipo conlleva el riesgo de perder oportunidades de ingresos, ya que los clientes no tienen otra elección que buscar otros proveedores capaces de satisfacer las necesidades de unos hábitos de compra y una mentalidad en constante transformación.
Para las empresas de serigrafía, la sublimación es una magnífica opción. Esta solución permite trabajar con pedidos reducidos y bajo demanda, y abre la puerta a la posibilidad de ofrecer una gran cantidad de productos adicionales. El proceso de serigrafía tiene sentido en pedidos de gran volumen; sin embargo, los márgenes de beneficio se reducen en cuanto disminuye el número de camisetas que se tienen que decorar. Una de las razones de este problema se encuentra en el tiempo de inactividad más prolongado durante la producción. Las opciones del color quedan además limitadas, ya que la serigrafía solo puede aplicar un color al mismo tiempo.
Dado que la sublimación es un proceso digital, su empresa podrá ofrecer a sus clientes camisetas decoradas con gráficos a todo color. Además, el proceso de producción prácticamente no genera tiempo de inactividad, lo que permite trabajar con pedidos reducidos y hacerlo de una manera rentable. Su empresa podrá aceptar pedidos de impresión bajo demanda, así como productos adicionales que sirvan de complemento al catálogo existente.
Por ejemplo, puede que a un cliente que quiera imprimir camisetas deportivas le interese tener también tazas, productos promocionales o rótulos de su equipo; pues bien, su sistema de sublimación le permite ofrecer ya estos servicios. Las posibilidades de proponer nuevos artículos y de realizar ventas cruzadas aumentan espectacularmente cuando se incorporan las capacidades de la sublimación.
Economía
Es indudable que la debilidad de la economía ha modificado los hábitos de gasto, tanto de los consumidores como de las empresas. En época de estrecheces, la gente frena todo lo que puede sus previsiones de gasto. Por ejemplo, muchas imprentas de serigrafía han visto cómo los clientes troceaban encargos grandes en varios encargos más pequeños a lo largo de varios meses. Aunque un pedido de doce docenas de camisetas no presenta problemas para la producción serigráfica, doce pedidos de una docena de camisetas plantea otro escenario totalmente distinto. En este tipo de situaciones, la sublimación puede contribuir a salvaguardar la venta y también la relación con el cliente.
La sublimación es también una de las tecnologías actuales más económicas para la decoración de productos. El coste de entrada al negocio de la sublimación, que va desde los 600 € hasta los 2.250 €, resulta comparativamente bajo. Un sistema básico de sublimación consta de un ordenador, una impresora de escritorio compatible, tintas, papel transfer y una plancha o prensa de calor (que, de hecho, supone el mayor gasto). Si ya dispone de una plancha y un ordenador, el sistema básico le costará entre 600 € y 950 €. Una plancha de pequeño tamaño de buena calidad le ofrecerá resultados óptimos; su coste puede estar entre los 600 € y los 1.300 €.
Si valora el coste de añadir a su empresa una impresora serigráfica (7.000 € o más) o un sistema de impresión directo a prenda (unos 14.000 €), la conclusión es que la sublimación es una opción mucho más económica. Además, la amortización de la inversión también es mucho más rápida. Los costes de personal y los costes generales son muy bajos para la creación de productos sublimados, mientras que el precio de venta al público de esos artículos es mucho más elevado. Todo ello se traduce en un potencial de beneficio mucho mayor y en una amortización de la inversión más rápida.
En lo que respecta al coste de los materiales, la sublimación genera un proceso extremadamente económico, ya que el promedio de coste de la tinta es de 0,0004 € por centímetro cuadrado. El coste real se genera en tiempo, mano de obra y gastos generales; así, los costes de tinta suelen ser inferiores al 5% del coste total del producto acabado.
Velocidad de producción
En el mercado de la decoración de productos, la velocidad de producción equivale a rentabilidad; en este caso, tanto las tecnologías digitales como las analógicas tienen sus ventajas. La serigrafía está categorizada como un proceso de impresión analógica. La impresión analógica trabaja con un sistema de entrega que depende de la transmisión de colores individuales a un sustrato a través de algún tipo de plancha, modelo, plantilla, pantalla, etc. con procesos manuales de preparación.
La sublimación, por el contrario, es un proceso de impresión digital. La impresión digital reproduce las imágenes computerizadas directamente a una superficie mediante el uso de impresoras láser o de inyección de tinta; con este proceso, los colores se crean según la demanda, y no es necesario emplear plantillas, pantallas ni planchas para definir la imagen. En lugar de eso, las imágenes se generan empleando diminutas gotas de tinta colocadas mediante una codificación electrónica de la imagen.
Por su rápida instalación y configuración, la impresión digital es ideal para tiradas cortas y pedidos bajo demanda. Además, presenta un espectro mucho más amplio de producción cromática y, en el caso de la sublimación, puede generar imágenes con calidad fotográfica.
La impresión analógica presenta tiempos de instalación y configuración muy prolongados además de un tiempo de inactividad al final del trabajo, por lo que resulta una solución prohibitiva en la impresión de tiradas cortas. Sin embargo, en la producción de grandes volúmenes, la impresión analógica es más económica que la digital. Por contra, la tecnología analógica siempre tendrá la limitación del color, un aspecto que debe tenerse en cuenta a la hora de compararla con las soluciones digitales.
El uso combinado de estas dos tecnologías permite incrementar la rentabilidad de los negocios que solamente eran capaces de ofrecer una clase de decoración de productos.
Consideraciones finales
La sublimación y la serigrafía van de la mano si lo que quiere es proporcionar productos decorados a sus clientes. Si está pensando en incorporar capacidades adicionales de impresión a su empresa, la sublimación ofrece la mejor relación calidad-precio en términos de economía y de rentabilidad potencial. No solo podrá satisfacer las necesidades actuales de sus clientes, sino que también estará en condiciones, por fin, de aceptar pedidos pequeños con plazos de entrega ajustados y de trabajar en nuevos mercados con una línea más diversificada de productos. Una vez puesta en marcha esta estrategia de diversificación, no tardará mucho tiempo en comprobar la gran diferencia en sus márgenes de beneficio.
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