Redacción Alabrent
“El trabajo ambiental a largo plazo está menos relacionado con unas pocas decisiones mayores que con una multitud de decisiones menores que abarcan aspectos ambientales”, explica Anna Mårtensson, Directora de Gestión Ambiental de Iggesund Mill, la fábrica sueca de papel de la empresa. “En este caso, un puente de madera resultó ser una mejor solución ambiental que uno de hormigón”.
En Suecia, los puentes se han construido con acero y hormigón durante más de un siglo. Pero hoy en día los de madera están retomando el paso. Son tan duraderos como los de hormigón, y hermosos, además. Al considerar las cuestiones ambientales resultan una alternativa digna de tenerse en cuenta.
La historia moderna de los puentes de madera en la región nórdica comenzó en la década de 1990. En aquel entonces Suecia, Noruega y Finlandia acordaron fijar normas comunes y soluciones técnicas aplicables a puentes de madera cuyo funcionamiento y durabilidad fueran iguales a los de acero y hormigón.
El puente de madera más largo hasta hoy en Suecia es el de 230 metros de largo para bicicletas y peatones ubicado en la norteña ciudad de Umeå. El puente de madera más antiguo del país data de 1737 y se extiende sobre el río Skellefteå.
A medida que los arquitectos y los ingenieros se familiarizan con la madera como material de construcción se van erigiendo cada vez más puentes de este tipo.
Iggesund Paperboard se ha unido a esa tendencia. Cuando Iggesund Mill expandió su unidad de purificación de aguas residuales en la isla de Skälön fuera de la fábrica, la empresa decidió reemplazar el viejo puente con uno más sólido. El nuevo puente les ahorraría una desviación de nueve kilómetros a los pesados camiones que se dirigen a la isla.
“Pronto calculamos que el nuevo puente valdría la pena tanto desde el punto de vista económico como desde el ambiental”, recuerda la Directora de Gestión Ambiental.
Se seleccionó la madera como material por varios motivos. En primer lugar, el Holmen Group, del que forma parte Iggesund Paperboard, es un grupo dedicado a los productos forestales, de modo que la madera es una opción evidente. Y la construcción de un puente de madera es más económica y rápida.
“Pero sobre todo, el efecto ambiental de la madera es menor que el del acero y el hormigón”, afirma la Sra. Mårtensson.
En una tesis de la Uppsala University se concluye, tras un análisis del ciclo de vida de un puente de hormigón en función de una durabilidad de 40 años —y que incluye el coste de inversión, el proceso de construcción y el mantenimiento— que el resultado es el doble en emisiones de dióxido de carbono por comparación con un puente de madera. En 1915 se construyó un largo tubo hueco de madera a fin de proveer aguas de proceso a la fábrica. El tubo existe todavía y sigue funcionando a la perfección, cien años después. La durabilidad de la madera está, por lo tanto, fuera de toda duda.
La sostenibilidad es una piedra angular del trabajo de la empresa en Iggesund Paperboard. Los aspectos ambientales —mayores y menores— se tienen en cuenta en toda decisión. El trabajo en materia ambiental no está separado de sus actividades principales, pues toda buena inversión va acompañada de mejoras ambientales.
“La acumulación de mejoras menores produce significativas ganancias ambientales, con reducción de emisiones y mejores probabilidades de que Iggesund Paperboard siga encabezando la clasificación de sostenibilidad en la industria de transformación también en el futuro”, dice la Sra. Mårtensson.
El trabajo ambiental de Iggesund Paperboard ha producido hasta hoy una reducción del cincuenta por ciento en la cantidad de emisiones de azufre y de partículas contaminantes en solo dos años. Aunado a lo anterior, las inversiones mayores que ha hecho la fábrica en materia de purificación del agua han dado como resultado una radical reducción en la emisión de nutrientes en el Mar Báltico fuera de la fábrica. A su vez, esto ha mejorado la calidad del agua, con claros signos de recuperación en el ecosistema marino.
Lo que puede ser todavía más importante es la atención al factor humano: fomentar que cada empleado piense en lo que está haciendo con objeto de no cejar en el esfuerzo ambiental conjunto.
“Huelga decir que nuestros trabajos en pro de la sostenibilidad comprenden también el puente de madera pintada de rojo de 128 metros a Skälön como uno de los numerosos pasos pequeños, pero importantes”, indica la Directora de Gestión Ambiental. “¡Y además es una belleza!”
Datos: El puente a Skälön, de 128 metros de longitud, tiene una sola vía de circulación de 4.5 metros de ancho y cuenta con semáforo. El puente descansa sobre vigas de madera laminada unidas con tornillos.
Como material de construcción, la madera tiene dos grandes ventajas ambientales fundamentales: en primer lugar, la madera se produce con un mínimo de energía a partir de un recurso renovable y, en segundo lugar, el proceso de fotosíntesis de los árboles en crecimiento aglutina el dióxido de carbono de la atmósfera. La construcción con madera es también a menudo más fácil y económica que con otros materiales. Desde la perspectiva del ciclo de vida la madera es, por consiguiente, una alternativa provechosa en términos de uso eficiente de recursos, consumo de energía, emisiones de dióxido de carbono y residuos.