Redacción Alabrent
“Para mí, existe una tensión entre el carácter ilimitado del arte y el hecho de que me encuentro en un rígido ambiente orientado hacia la producción en el que todo es función de la racionalidad”, nos dice durante una pausa en su trabajo. “Cuento con seis meses para plasmar esta tensión”.
Para Iggesund Paperboard, la empresa que le ofreció una residencia artística, el trabajo con artistas es una larga tradición. Al celebrar su aniversario número 300 a fines del siglo pasado, la empresa le pidió al conocido pintor sueco Mårten Andersson que representara varios aspectos de su proceso de producción. Durante los últimos 15 años Inger Drougge Carlberg, una artista de lo textil que ha estado trabajando cada vez más con pasta de papel, ha tenido un estudio en la fábrica misma. Y hace cinco años Iggesund lanzó un reto a diseñadores de embalaje y empaquetado con su Proyecto Caja Negra en el que siete diseñadores de talla internacional habían de llenar una caja de dimensiones específicas con contenido que pusiera a prueba las cualidades de Invercote, el proyecto más exitoso de la empresa.
“Fabricamos el cartón base, de modo que estamos muy al principio en la cadena de procesamiento”, explica Staffan Sjöberg, quien trabaja en el departamento de Market Communications de Iggesund. “Nuestro propio éxito depende en sumo grado de toda la gente creativa del mundo que diseña cosas fantásticas con Invercote. Así que, por supuesto deseamos fomentar la creatividad en el nivel artístico, pero también las innovaciones en las que nuestros clientes del sector de embalaje y empaquetado ponen todo de sí”.
Confiesa de buena gana que el objetivo final de los proyectos creativos conjuntos de Iggesund es vender más cartón. Pero a fin de despertar la atención en el mundo creativo, una empresa debe abandonar los tradicionales caminos comerciales, debe atreverse a ceder el control y ver hacia dónde pueden conducirla las fuerzas creativas externas.
“Es una cuestión de equilibrio”, dice. “En las comunicaciones comerciales tradicionales el objetivo es controlar todo. En proyectos como este uno tiene que arriesgarse a soltar las riendas a fin de que los esfuerzos de comunicación lleguen más lejos que con los métodos tradicionales”.
En el taller industrial, Nils Olof Hedenskog trabaja en modelos de una instalación a base de cartón con una estructura especial. El fin es presentar la instalación en una exhibición en el verano de 2015.
“He trabajado con material a base de papel en varios períodos durante mi vida artística”, afirma. “Ahora me parece sensacional poder trabajar con material de Iggesund, empresa que tiene un sólido historial medioambiental”.
Su instalación tiene el nombre tentativo de “Asylum” (Asilo), y consiste en seis torres de cartón que encierran un espacio. Los expectadores podrán ver el interior del espacio, pero no podrán entrar. Las torres carecen de color en la parte de afuera; su estructura y la iluminación crearán varios matices de gris. Por la parte interior estarán pintadas con colores fluorescentes, lo que creará luz que se irradiará entre las torres y a través de mirillas.
“Estoy creando un reflejo de la situación actual en Europa, con los cientos de miles de refugiados que desean entrar pero que, en su mayoría, solo consiguen una ojeada de lo que encierran las paredes de Europa”, explica Hedenskog.