Redacción Alabrent
No son una empresa convencional donde hay un “jefe” y los demás trabajan para él, son 43 socios de trabajo, esto quiere decir que 43 personas ponen capital en la cooperativa y además trabajan en ella; son empresarios y son productores, o lo que es lo mismo, son dueños de su propio trabajo.
Como a todos en este sector estos años de crisis económica también les han puesto a prueba; si antes las circunstancias que les rodeaban “ocultaban” sus vicios como cooperativa, sus errores como empresa, el nuevo paradigma de crisis lo destapó todo.
"No podíamos seguir como hasta entonces, había que cambiar para poder subsistir, había que reinventarse, nuestra estructura como cooperativa era pesada, burocrática y enfocada en dar servicio de todo y para todos, y los precios que teníamos puestos en el mercado no pagaban esa estructura" nos comenta Juan Miguel Serres, Jefe Ejecutivo de Cevagraf.
Un gran reto por delante
Al ser cooperativa tienen unos principios sociales y democráticos que no les permiten actuar como otras empresas. La base del cooperativismo es la persona, no el capital; si se forma una cooperativa es para dar trabajo, es para sostener a personas, y aunque no dejan de tener el mismo objetivo que cualquier otra empresa, la de crear beneficios, no utilizan cualquier medio para conseguirlo.
Así que se pusieron manos la obra
Crearon un equipo de pocas personas para que llevara a cabo los cambios profundos que su estructura requería. Fueron departamento a departamento, equipo a equipo, estudiando sus mermas de tiempo, sus mudas (término japonés utilizado para tiempos o procesos ineficientes), y poco a poco se dieron cuenta de los problemas que tenían.
La clave de todo, ante el panorama que tenían delante, era la de simplificar. Y para ello había que automatizar procesos, informatizar la gestión y estandarizar todos nuestros servicios. Y aquí es cuando surgió la idea: había que reconvertirse en una imprenta online. Esta misma idea solucionaba de un plumazo todos los problemas que les tenían atados a un sistema viejo y roído que no hacía más que lastrarles como negocio.
Entre sus principales ventajas hay que destacar:
- El cliente tiene al momento y en todo momento su precio de impresión. No debe esperar horas a que un equipo de personas le muestre la mejor opción para su inversión, al contrario, en pocos movimientos puede tener la información de precio que necesita.
- El sistema en sí mismo es sencillo de manejar por un usuario no experto en el sector, con lo cual se hace fácil la elección de variables que un servicio como el de las artes gráficas ofrece.
- Al haber simplificado el servicio, es posible automatizarlo internamente, con lo cual los costes de producción bajan y se ofrece un mejor precio al cliente.
Hoy en día ya estan inmersos en el nuevo proyecto. Hay una nueva esperanza. Y esto ha sido posible en todo momento porque el equipo de socios cooperativistas de que se compone la empresa está implicado y está motivado.
Cambios tan profundos en una empresa son difíciles de por sí, quien haya vivido situaciones así lo sabe; hay muchos aspectos que pueden estropear lo que te propones cuando quieres cambiar “toda una empresa”, empezando por las personas que lo deben llevar a cabo.
Por eso lo más importante es implicar a la gente, darle un motivo por el que luchar, y ¿qué motivo mejor que el de conservar su puesto de trabajo? ¿El de seguir cobrando a fin de mes para mantener a su familia?
En CEVAGRAF han comprobado esto mismo: el cambio es posible, mejorar es el reto, y creer en ello hace que se haga real.
Les podréis encontrar en la imprenta online www.cevagraf.coop