Redacción Alabrent
A principios de julio, la Comisión Europea publicó «Hacia una economía circular: un programa de cero residuos para Europa», donde se explica que desde la revolución industrial los residuos han experimentado un crecimiento constante. Esto se debe a que nuestras economías han adoptado un patrón de crecimiento basado en la secuencia «tomar-fabricar-consumir-eliminar», un modelo lineal que se basa en la hipótesis de la abundancia, la disponibilidad y la eliminación económica de los recursos. Hoy en día, reconocemos que los recursos tienen que administrarse adecuadamente y esto significa reutilizar, reparar, renovar y reciclar los materiales y los productos existentes. Lo que solía considerarse como «residuos» se puede convertir en un recurso, y todos los recursos deben gestionarse con una mayor eficacia a lo largo de su ciclo de vida.
Esta iniciativa está en perfecta armonía con las acciones que en la actualidad está tomando la industria del papel, cuyos productos (incluyendo los envases de cartón) son fácilmente reciclables y están hechos de un recurso natural renovable.
En teoría, el papel se puede reciclar hasta seis o siete veces, con un índice medio de cinco veces. Más del 50% de la materia prima para la industria de la pulpa y del papel de Europa procede de papel para reciclar (el resto procede de fibras de madera) y en Europa se reciclan casi 58 millones de toneladas de papel. En 2012, el 71,7% del papel que se utilizó en Europa se recicló, esto significa que Europa es el líder mundial en reciclaje de papel. Además, los envases de papel (incluyendo los envases de cartón) son el material de envasado que más se recicla en Europa, con un índice del 81,3% (fuente: European Recovered Paper Council).
La buena capacidad de reciclaje depende de un buen diseño ecológico de los productos de papel y cartón y de los materiales auxiliares. Por ejemplo: los fabricantes de tintas están utilizando cada vez más recursos renovables y reciclables, como soja, aceite vegetal y almidón. Asimismo, están ayudando a las imprentas en la recuperación y el reciclaje de tintas y disolventes. El diseño ecológico tiene el objetivo de reforzar la capacidad de reciclaje de los envases de cartón y reporta beneficios ambientales, incluyendo la optimización del uso de los recursos y la reducción de residuos y componentes no reciclables.
El cartón no se puede reciclar indefinidamente dado que las fibras terminan por acortarse y desgastarse demasiado para ser útiles. En consecuencia, el ciclo debe abastecerse constantemente con nuevas fibras vírgenes. En Europa, las nuevas fibras vírgenes para los envases de cartón se obtienen de madera procedente de bosques gestionados de manera sostenible. Estos bosques no solamente constituyen un recurso renovable, sino que el nuevo crecimiento supera la madera talada por una superficie equivalente a 1,5 millones de campos de fútbol al año (fuente: Confederación de Industrias Papeleras Europeas). Para alcanzar este objetivo, los propietarios y los explotadores de bosques europeos siguen una combinación de reglamentos nacionales, europeos e internacionales. Además, pueden demostrar que los bosques se gestionan de forma sostenible a través de Sistemas de Certificación Forestal, como el FSC® y el PEFC™.
La Comisión Europea cree que avanzar hacia una economía más circular es esencial para cumplir con el programa de eficacia de los recursos establecido en Europa 2020: la estrategia para un crecimiento inteligente, sostenible e integrador. El ciclo de vida de los envases de cartón muestra que se sitúan en el núcleo de una economía circular, dado que se trata de una industria que recicla, en la que se utilizan «residuos» como un recurso y en la que también se utilizan nuevas fibras procedentes de bosques renovables y gestionados de manera sostenible para no romper el ciclo.