Redacción Alabrent
Hace 325 años, un fabricante de papel llega a Flensburg. En 1696, el fabricante de papel de Mecklenburg Hinrich Gultzau llegó a Flensburg. Su ambicioso plan era construir una fábrica de papel, en aquel entonces, la ciudad todavía estaba luchando por recuperarse de las secuelas de la Guerra de los Treinta Años. La fabricación de papel también sufrió graves reveses durante la guerra, mientras que la demanda siguió creciendo. Esto significó que hacia finales del siglo XVII el papel era un bien escaso y valioso.
La condición más importante para construir una fábrica de papel hace 325 años era un curso de agua adecuado con su correspondiente pendiente natural. A las puertas de la ciudad, en el “Mühlenstrom”, Gultzau encontró un terreno adecuado. Después de recibir la aprobación oficial, se le permitió instalar una fábrica de papel frente a la puerta roja en Hennings Lundt y trabajar allí, donde se colocó la primera piedra de la fábrica de papel actual en Flensburg.
Industrialización... Especialización... Flexibilidad... En el siglo XIX, la producción de papel industrial despegó a un ritmo vertiginoso. En la primera mitad del siglo XIX se mecanizaron todos los procesos que hasta ese momento se realizaban a mano. En el segundo semestre, comenzaron a producirse nuevas materias primas en fábricas de celulosa especial. En 1848, se instaló la primera máquina de papel en la ubicación actual en Flensburg. En 1954 se puso en funcionamiento una máquina papelera para la producción de papeles higiénicos y en 1970 se inició la producción de papeles autocopiativos giroform®. A principios de la década de 1990, después de la firma del acuerdo de licencia con Mitsubishi Paper Mills Ltd. para la producción de papeles térmicos, comenzó la producción de papeles térmicos thermoscript®. La primera aplicación fue papel para máquinas de fax, que era el medio de comunicación elegido en ese momento.
En las décadas de 1990 y 2000, se realizaron inversiones en nuevos procesos de recubrimiento de alta tecnología para el acabado de papeles especiales. La especialización y una mayor flexibilidad de las instalaciones de producción modernizadas abrieron las puertas a nuevas aplicaciones y nuevos mercados, por ejemplo, papel térmico duradero con una capa superior para extractos de cuenta, papel térmico con características de seguridad a prueba de falsificaciones para boletos de admisión y boletos de lotería, o papel térmico especial y papel para el creciente sector de las etiquetas. Como resultado de las nuevas tecnologías, se creó un nuevo segmento de productos en Flensburg en 1998: papeles para inyección de tinta estucados jetscript® de alta calidad.
Hoy en día, la fábrica de Flensburg es sinónimo de alta flexibilidad, fabricantes de papel experimentados y tecnologías de recubrimiento modernas. El espíritu de equipo es particularmente importante. La mano de obra altamente motivada, experimentada y muy bien capacitada trabaja todos los días para satisfacer las solicitudes especiales de los clientes de todo el mundo, incluso en pequeñas cantidades: innovadoras, individuales y sostenibles. www.mitsubishi-paper.com
Papeles especiales estucados para el futuro durante varios años, además de los mercados de papeles térmicos y de inyección de tinta, que aún se están expandiendo, la fábrica de Flensburg se ha concentrado en papeles de barrera estucados para envases flexibles de alimentos y no alimentos. La protección del clima y la sostenibilidad son los grandes desafíos de nuestro tiempo. Además de reducir los envases y evitar el desperdicio, la atención se centra en temas como la sustitución de plásticos, el uso de materiales sostenibles y la economía circular y el reciclaje. En 2018 se produjeron los primeros papeles barrera barricote® en Flensburg. Importantes empresas de la industria alimentaria y no alimentaria, el comercio y el embalaje confían cada vez más en los papeles barrera totalmente reciclables y especialmente sostenibles fabricados en Flensburg.
Hinrich Gultzau no sospechaba nada de esto cuando llevó la producción de papel a Flensburg en 1696. No podía prever los desafíos y oportunidades de la industrialización, la digitalización o la protección del clima. Pero estaría muy orgulloso de su fábrica en Mühlenstrom y de la fábrica de papel especial de Flensburg de hoy.