Redacción Alabrent
El primero es que continúa la tendencia, aunque lentamente, hacia la concentración. Desde hace años, una vez finalizada la crisis anterior, viene creciendo el número de empresas cuya facturación supera los tres millones de euros y el de las empresas que sobrepasa los seis millones de euros. Este segmento está compuesto de cuatrocientas dieciséis empresas de todos los subsectores, mayoritariamente el de impresión comercial, que acumula más del sesenta por ciento de toda la facturación del sector.
Cabe señalar que este camino hacia la concentración no tiene su origen en una reestructuración organizada y sí en una depuración provocada por un mercado cada vez más exigente como consecuencia del exceso de oferta y de la máxima competencia en la que se desarrolla la actividad gráfica. Esto es así prácticamente en todos los subsectores excepto en el sector de la encuadernación, que está severamente castigado por las dos crisis y que no tiene excesivo margen para la concentración.
El segundo hecho a destacar es el crecimiento significativo de la facturación y el escaso crecimiento de los resultados. Como en años anteriores, el sector facturó más sin que ello haya tenido un reflejo significativo en los resultados declarados como consecuencia, con casi toda seguridad, del exceso de oferta existente.
Durante el año 2020, descendió un 4,13 por ciento el número de trabajadores afiliados a la Seguridad Social. Descenso que ha continuado en 2021, sin contabilizar los trabajadores que aún continúan en ERTE. Como consecuencia de este comportamiento del empleo, el número de demandantes ha incrementado significativamente el paro registrado en el sector.
En general, las empresas que permanecían activas en 2019 presentaban mejores ratios que en el ejercicio anterior. Las empresas conformaban una estructura sectorial cada vez más saneada, menos endeudada y con ratios de solvencia cada vez más positivos. Por todos es sabido que esta tendencia se ha visto interrumpida por la pandemia, en unos meses sabremos el impacto real que ha provocado en el sector. Por el momento, solo podemos anticipar que, como media general de toda la Industria gráfica, los ingresos han caído en torno al 35 por ciento. Hay que resaltar que se trata de una media global ya que los efectos de la pandemia han impactado en el sector de forma asimétrica. Lo auténticamente determinante ha sido la estructura de clientes de cada empresa y la actividad que hayan podido desarrollar éstos durante esta crisis. Lo cierto es que la mayoría de los sectores clientes han destruido una gran cantidad de puestos de trabajo.
No se han podido extraer datos de todos los subsectores como consecuencia del retraso en la presentación de cuentas anuales en el Registro Mercantil. No obstante, destacamos, en un breve repaso, el comportamiento de los distintos subsectores analizados durante 2019, que básicamente continuaron por el camino que habían emprendido al finalizar la crisis anterior:
La impresión comercial sigue aglutinado el 63 por ciento de todos los ingresos del sector y hay un grupo de empresas líderes que obtienen resultados destacables. Continuó el crecimiento de la facturación y el descenso del endeudamiento.
El sector del libro está cada vez más concentrado, trabaja con márgenes ajustados pero, salvo un cambio acelerado en la digitalización del producto, seguirá siendo necesario para la impresión de los 160 millones de ejemplares que se editan en España. Una parte de este mercado, la de menor tirada, tiene una clara tendencia hacia la impresión digital bajo demanda. Cada vez un número menor de empresas pueden atender este mercado debido a la suficiencia de su capacidad productiva.
En el sector de etiquetas crecen los ingresos y se mantienen los márgenes de beneficio de las empresas de mayor facturación. No obstante, se sigue produciendo una caída en los márgenes de las empresas de hasta tres millones de euros de ingresos. Esta circunstancia, aunque todavía se mueve en números claramente positivos, ya se venía observando desde 2016.
Las empresas de packaging presentan un crecimiento de los ingresos, una pequeña elevación del margen de beneficios y un significativo descenso del endeudamiento. De las cincuenta empresas analizadas, treinta y nueve presentan resultados positivos y de éstas, diez empresas obtienen el 69,5 por ciento de todos los resultados declarados por el sector.
El sector de la encuadernación ha sufrido una fuerte reestructuración en la última década. A día de hoy, solo permanecen activas en toda España cuatro empresas que superen los tres millones de euros de facturación y, diecisiete más, superan el millón de euros. Solo queda el 28 por ciento de las empresas que había antes de la crisis anterior, que se reparten poco más del 17 por ciento de los ingresos que obtenían hace años.
Con la crisis del COVID se abrió un paréntesis que esperemos se cierre pronto. En este sentido, todas las instituciones españolas que son referentes en predicciones tienen establecidos fuertes crecimientos para la economía española durante este 2021. El Banco de España, aun en el escenario más severo, aventura un crecimiento del 4,2 por ciento de nuestro PIB, las Cajas de Ahorro, el Centro de Predicción Económica de la Universidad Autónoma de Madrid, los informes del BBVA, todos sin excepción, han realizado predicciones que apuntan a una fuerte reactivación de la economía.
En condiciones normales, en la medida en que nuestros clientes empiecen a andar, nuestro sector lo notará. Eso sí, dicen ahora que la salida será en K. Es decir, unos hacia arriba y otros hacia abajo. Más o menos lo que ocurre en las crisis cuando el mercado no tiene suficiente para todos.