Redacción Alabrent
Ania, fundadora de CottonBee, tuvo la inspiración de poner en marcha el negocio al percatarse de que en Polonia no existían plataformas adecuadas en las que pudiese comprar tejidos modernos para su pasatiempo de coser; su única opción era acudir a sitios web de otros países, pero se topaba con procesos de compra complejos. De ahí surgió una idea, y Ania y Micha (actual CEO) fundaron CottonBee en 2014. Su idea era comercializar tejidos con tiradas muy cortas (con una media de un metro de longitud) directamente a los consumidores.
Cinco años después, CottonBee ha dejado de ser una actividad secundaria para estos emprendedores para convertirse en un negocio consolidado que no para de crecer. Hoy día, este negocio sigue trabajando con pequeños volúmenes, pero cuenta con 15 empleados y ha enviado más de 28.000 pedidos a artesanos y pequeñas empresas de toda Europa.
Desde el primer momento, se hizo evidente que la producción digital era fundamental para la empresa, ya que la producción con tiradas cortas era innegociable. Ania y Micha eran conscientes de sus limitaciones en cuanto a sus conocimientos de impresión, así que contactaron con proveedores locales para encontrar una tecnología fácil de usar y que fuese capaz de producir tejidos de vivos colores y de entregarlos con la máxima rapidez, a un precio asequible.
“Mimaki fue la primera y única opción para nosotros. Éramos una start-up con un presupuesto limitado; en un primer momento no necesitábamos una gran capacidad. Pero sí queríamos aplicar unos criterios muy rigurosos en cuanto a calidad de impresión y plazos de entrega; además, necesitábamos máquinas fáciles de operar”, explica Micha . “En ese momento, la serie Mimaki Tx400 fue la única opción capaz de satisfacer todos nuestros requisitos. Nuestra única alternativa era una máquina de segunda mano y no queríamos arriesgarnos. Además, Mimaki era una marca de confianza y trabajar con una empresa de ese tipo implicaría una inversión tecnológica sostenida y un excelente nivel de servicio al cliente.”
CottonBee colaboró estrechamente con Teba, una empresa de distribución polaca que demostró ser un magnífico socio. “Reconocimos enseguida la gran experiencia de Teba en ingeniería, impresión y textiles, y supimos que se trataba exactamente del socio que necesitábamos en ese momento para conducirnos, a través de la selección de productos, la instalación y el trabajo conjunto, a una curva de aprendizaje muy importante.”
Teba, socio autorizado de Mimaki, proporcionó asistencia técnica a CottonBee con la instalación de la primera impresora Mimaki Tx400 en Polonia. Se trata de una impresora de impresión textil directa de alta productividad, con una velocidad excepcional y una calidad de impresión superior en un sistema básico. Además, se trataba de una alternativa ecológica en comparación con otros procesos. Empleando únicamente tejidos de algodón y tintas de pigmentación, CottonBee minimizó las tareas de postprocesamiento y logró agilizar los plazos de entrega.
Poco después, Mimaki lanzó al mercado sus tintas de pigmentación TP400. Según Micha , estas tintas “supusieron una mejora general, en particular en la intensidad del color y en la resistencia del color en condiciones secas y de humedad. Sus resultados fueron excelentes incluso si se comparaban con las impresoras industriales de gran volumen”. Representó un gran avance para la exigente clientela de CottonBee. Tal como afirma Micha : “Los clientes piden un buen precio, una buena calidad y plazos de entrega adecuados: son superexigentes. ¡De hecho, nuestros clientes de tejidos de un metro son los que plantean los requisitos más precisos!”
Una vez puesta en marcha CottonBee, Micha y Ania dieron un impulso a su estrategia después de 18 meses, ampliando sus objetivos de mercado y dirigiéndose a pequeñas empresas y también a consumidores. Después de demostrar un gran desempeño en este segmento de mercado, CottonBee siguió poniendo el foco en tiradas reducidas, captando la atención de muchas empresas de pequeño tamaño.
Casualmente, Mimaki lanzó poco después al mercado su serie Tx300P-1800, en un momento en que CottonBee necesitaba más capacidad por la expansión sostenida de su negocio, esta vez con la penetración en nuevos mercados. “¡A CottonBee, Polonia se le hizo pequeña!”, recuerda entusiasmado Micha . “Era evidente que, para que el negocio siguiese prosperando, teníamos que ampliar nuestro radio de operaciones; por eso, el siguiente paso fue el lanzamiento del sitio web en Europa. Estábamos buscando la manera de incrementar nuestra capacidad de impresión cuando Mimaki lanzó al mercado la serie Tx300P; obviamente, estuvimos encantados de dar continuidad a nuestra alianza con Mimaki y Teba.”
CottonBee realizó una inversión en la impresora de impresión textil directa Tx300P-1800 de Mimaki y en la Tx300P-1800B con sistema de correa adhesiva para la impresión en tejidos delgados y extensibles. La serie Tx300P-1800 combina calidad y alta velocidad sin esfuerzo, y es un reflejo del indiscutible dominio de Mimaki en el sector textil digital.
“Mimaki fue una de las primeras empresas en introducir el sistema de correa adhesiva para imprentas pequeñas. Exige trabajar con un operario altamente cualificado, ya que cada tejido requiere un tratamiento específico, pero rápidamente incorporamos estos conocimientos especializados a nuestro equipo de trabajo, y eso nos permitió dar un impulso a nuestra gama de tejidos de algodón, con la consiguiente satisfacción de nuestros clientes”, destaca Ania.
Las dos impresoras incrementaron significativamente la capacidad de producción de CottonBee; empleando dos impresoras para la misma serie, con los mismos cabezales, los clientes podían repetir pedidos y obtener el mismo resultado, fuese cual fuese la impresora asignada para realizar el trabajo.
“Hoy seguimos utilizando las impresoras Tx300P-1800 de Mimaki y nuestras ventas en el exterior constituyen el porcentaje más destacado de nuestro volumen de negocio; por lo tanto, nuestra inversión en las máquinas de Mimaki han sido un éxito rotundo que nos ha permitido disfrutar de un crecimiento sostenido. Los clientes nos piden acortar aún más los plazos de entrega, así que ese es nuestro objetivo ahora. Podemos enviar el producto en cinco días desde la fecha del pedido, pero estamos trabajando para recortar los plazos a dos días. Esta es ahora nuestra principal actividad diaria; lo que empezó como una ocupación secundaria, hoy es un negocio que no para de crecer”, afirma entusiasmado Micha .
Jacek Teodorczyk, propietario de Teba, añade: “Llevamos 25 años en esta industria, y nos alegra mucho ver que empresas como CottonBee empiezan desde abajo y no paran de crecer. ¡Hemos disfrutado muchísimo acompañándoles en este camino, y que sea por muchos años más!”