Redacción Alabrent
El punto inicial fue estudiar algunos de los tipos más comunes de embalaje y comparar las diferentes repercusiones climáticas de cada material de embalaje.
“Hay tablas con datos sobre emisiones de dióxido de carbono por kilo de material, pero al comparar ejemplos reales de embalaje destaca la gran importancia de la selección del material”, comenta Johan Granås, Director de Sostenibilidad en Iggesund Paperboard.
“El plástico es excelente para muchas aplicaciones y nosotros mismos lo usamos en la producción de cartón para embalaje para productos alimenticios que exigen una barrera delgada de plástico para proteger el contenido”, añade. “Pero creemos que los responsables de la toma de decisiones en la industria del embalaje deben estar al tanto de los efectos que pueda tener el material que seleccionen”.
El uso de plástico o de cartón en el embalaje de bombilla es el ejemplo más claro en la encuesta. Al usar cartón en lugar de plástico es posible reducir las repercusiones climáticas del embalaje en un 99 por ciento. En el ejemplo más favorable para el plástico se comparó un embalaje de cartón con un contenido de 500 gramos de pasta alimenticia contra la cantidad correspondiente empacada en una bolsa delgada de plástico. La conclusión fue que las repercusiones climáticas de la bolsa de plástico fueron 3,25 veces mayores que las del cartón. Esto se dio a pesar de que la bolsa pesaba solo una sexta parte de lo que pesaba el cartón, y además con propiedades de protección y apilado considerablemente inferiores.
“Hay una gran cantidad de embalaje que no puede fabricarse más que en plástico hoy en día”, enfatiza Johan Granås. “Pero también hay mucho embalaje hecho de plástico en el que este material podría sustituirse fácilmente, sin pérdida alguna de funcionalidad, y es lógico enfocarse en ello si nos proponemos reducir las repercusiones climáticas del embalaje”.
Para el embalaje de cartón usado en el estudio se hizo referencia a los datos climáticos del cartón Invercote de Iggesund. En cuanto al material plástico, IVL utilizó la base de datos correspondiente a análisis de ciclos de vida. No se usó material de Iggesund Paperboard en ningún embalaje de cartón analizado en el estudio.
“Este estudio muestra las repercusiones climáticas de diferentes tipos de embalaje. La directriz que se dio a IVL fue la de realizar un estudio general. Ni ese instituto ni nosotros conocemos los datos sobre repercusiones climáticas de ninguno de los embalajes individuales. Sin embargo, dada la reconocida base de datos sobre información ecológica, esto subraya definitivamente la gran importancia de la selección de material”, concluye Granås.
El IVL Swedish Environmental Research Institute fue fundado en 1966 conjuntamente por el gobierno y la industria suecas para la investigación de cuestiones relacionadas con la gestión del aire y el agua. Hoy en día, el IVL es un instituto ambiental que se concentra en la interacción entre las perspectivas ambientales, económicas y sociales.