Redacción Alabrent
Este reto para el futuro packaging de la empresa, que cuenta con cerca de 400 tiendas en el mundo, ha de incluir asimismo un embalaje que aporte experiencias al consumidor. Además de una protección para el producto, con materiales ecológicos, pero que permita al cliente poder tocarlo.
Según la directora de packaging de Imaginarium, Leyre Gutiérrez, la compañía ya tiene en cuenta cómo llegar a los sentidos y emociones de sus clientes, a través de su embalaje.
Durante el desayuno, que fue patrocinado por la empresa DS Smith Tecnicarton y al que asistieron más de 40 invitados, Leyre Gutiérrez explicó como la empresa ya basa su “packaging emocional” en cuatro ejes como son la confianza, la alegría, el deseo y la sorpresa.
Confianza porque se conoce que menos del 21% de los clientes son fieles a una marca, alegría porque es una sensación positiva que el cliente debe guardar del producto. Además de deseo, ya que es un componente atractivo para el packaging y sorpresa, puesto que los niños siempre se trasladan entre ellos este sentimiento.
Más interactivo
Sin embargo, para Leyre Gutiérrez “necesitamos un packaging más emocional que transmita a través de los colores, que sea más interactivo, en cuanto a información, y que pueda darle al niño la posibilidad de jugar con él”.
La presentación del acto estuvo protagonizado por el director de marketing de DS Smith Tecnicarton, Antonio Cebrián, empresa patrocinadora de este encuentro. DS Smith Tecnicarton es una empresa de soluciones innovadoras para el sector del embalaje industrial.
Imaginarium es la empresa dedicada al juego y diversión de los niños con un gran número de tiendas a nivel mundial. Nacida en Zaragoza en 1992, la compañía cuenta con cerca de 400 tiendas en 26 países de todo el mundo. Imaginarium reúne una amplia colección de productos multisensoriales, que despiertan la imaginación de los niños y ponen en marcha todos los sentidos para que sientan, rían, se expresen, exploren, se sorprendan, se superen a sí mismos y se levanten del sofá para experimentar una diversión real.