Redacción Alabrent
Aragem es un aceite de oliva virgen extra de alta calidad que se elabora en Cambrils (Tarragona) y se toma en Tokyo. Sus botellas, con un elegante y sorprendente packaging de cerámica, reciben al comensal en las mesas del restaurante de la chef Carme Ruscalleda en la capital japonesa. Su calidad ha sido esencial para llegar a seducir a los paladares nipones, pero su packaging también ha jugado un papel clave. Así lo asegura el director de la Cooperativa de Cambrils, Fernando Sarasa: "hemos ganado premios como Liderpack 2013 y Worldstar 2014, lo que nos ha dado relevancia en medios. Nos habían premiado por la calidad del aceite, pero nunca por el envase, y esto ha sido un nuevo impulso para las ventas y para que la gente conozca la marca".
La historia de éxito de Aragem empezó cuando la cooperativa contactó con el estudio de diseño gráfico Debonatinta y le encargó un packaging para el mercado asiático y Oriente Medio, con un aire mediterráneo y que marcase la diferencia. Como muchos otros productos gourmet, Aragem se ha presentado al mundo reivindicando su origen.
El origen como tendencia
La diseñadora Eva Minguella, fundadora de Eva Estudi y directora del Máster de Packaging de la Escuela Elisava, asegura que al consumidor "le importa, cada vez más, el origen del producto" y las marcas, lícitamente, aprovechan los valores positivos de cada territorio y cultura. "Se trata de enriquecer el producto gracias a su entorno", añade, "y detectar si la dimensión de la empresa o su origen puede ser una diferencia competitiva". Desde el clúster gourmet de Catalunya, su gerente, Marta Amorós, coincide: "interesa el origen y que el producto vaya acompañado de una experiencia, algún elemento diferenciador". "En un sector Premium –destaca– la importancia del envase es esencial, porque lo gourmet se vende cuando se prueba, pero normalmente esto no es posible y la única diferenciación en el lineal se la da el packaging".
Diferenciarse o morir
La competencia y "la lucha" en el lineal es lo que más preocupa al cliente de packs Premium para alimentación, según Pepo Figueras, responsable de Cideyeg, dedicada al packaging desde hace 50 años. "Hoy el sector gourmet pide envases con acabados como los que hemos hecho siempre para la cosmética: relieves, barnices de contraste, plastificados, etc. Busca comunicar prestigio en el punto de venta, una experiencia especial". Desde DecopakEurop, su general manager, Albert Sanahuja, habla de "envases exclusivos y únicos". "Las marcas han visto que de la imagen del producto depende el segmento en el que se sitúa y que la condición de Premium se la dará el packaging", aclara.
La diseñadora Eva Minguella concluye: "la creatividad y la honestidad es lo que puede dar valor. Antes el pack gourmet se simplificaba, pero ahora ser oro y negro ya no es sinónimo de Premium". Hay que ser creativos, advierte, tanto en el diseño gráfico como en el estructural, y conocer los códigos gourmet de cada país cuando el objetivo es exportar. Casos de éxito, tendencias y nuevos formatos protagonizarán el nuevo Premiumpack de Hispack 2015, un espacio de lujo para conocer lo último en este subsector y encontrar ideas inspiradoras.