¿Quiere impresiones con una definición gráfica perfecta?

Haga de la gestión del color su prioridad.

por Debbie McKeegan, CEO Texintel, asesora experta y consultora sobre la impresión textil

El color es el elemento básico del diseño. Una vez que el diseñador, el cliente o la marca han especificado el color que quieren, ese color debe ser conseguido y entregado. La primera vez y todas las veces.

Redacción Alabrent

¿Por qué la gestión del color debería ser prioritaria para su equipo de diseño y su flujo de trabajo de impresión?
El color es el elemento básico del diseño. Una vez que el diseñador, el cliente o la marca han especificado el color que quieren, ese color debe ser conseguido y entregado. La primera vez y todas las veces.

En el mundo digital existe la percepción generalizada de que esto es una ciencia exacta, una función sencilla y automática integrada en el proceso de impresión. Solo hay que realizar el pedido bajo demanda y... ¡alehop! Su impresión llega puntualmente y tal como la había imaginado. Lamentablemente, nada más lejos de la realidad. La administración del color en la industria textil suele parecerse al salvaje oeste: cuando se dispara a ciegas, después pasa lo que pasa. El resultado final: expectativas rotas, clientes insatisfechos, stock inmovilizado, pérdida de ingresos, recursos malgastados y toneladas de residuos.

Una vez que se ha democratizado el ámbito de la impresión gracias a las tecnologías de impresión textil digital, ¿seguro que podemos hablar de colores exactos con solo pulsar un botón?
Todavía no, pero la cuenta atrás está ahí: la ciencia del color es un campo científico altamente técnico. El Santo Grial de la industria textil consistiría en estandarizar el color, ofreciendo un método simplificado para dar formato al flujo de trabajo. Se trata de un trabajo en curso e, indudablemente, un buen espacio para la IA. En un contexto de convergencia de la tecnología textil y la ciencia, es una incógnita saber lo que podremos conseguir en un futuro muy próximo.

Invertir para imprimir
Asumir el control del espacio de trabajo exige inversión, tiempo y compromiso. La industria de la impresión, el software y el color dispone de amplia gama de opciones con las que puede crear y controlar su flujo de trabajo con precisión en cualquier volumen, ya sea inicial o industrial, para crear impresiones con una definición gráfica perfecta. Es decir, impresiones que se ajusten a sus expectativas, a las muestras de preimpresión y a la producción ya existente.

Invertir el tiempo en controlar y gestionar su propio espacio de trabajo del color es rentable. Imprimir es el resultado de la alianza del patrón y la tecnología, de trabajar con el software adecuado para su flujo de trabajo y de asumir el control de los colores producidos. A la vista de este mercado con un potencial de crecimiento tan grande, no sorprende que en 2020 el valor del sector del software RIP y de gestión del color para la impresión textil digital fuese de 607,52 millones de dólares, y que las previsiones sean las de alcanzar los 939 millones de dólares en 2028, con una tasa de crecimiento anual prevista del 5,6 % durante este periodo (según la empresa de estudios de mercado Research and Markets).

El factor más importante en la transacción del color es la comunicación
Sea cual sea su lugar en la cadena de suministro y sea cual sea su producto, el color es fundamental. Partiendo de esta premisa, ¿cómo asegurarse de que la entrada de color coincide con la salida de color?

Recuerde que todos los dispositivos (humanos o sintéticos) miden el color de forma distinta y emplean métodos diferenciados para generar el color y crear datos. Además, es importante tener en cuenta la luz con la que vemos un objeto físico en color o una simulación digital. El color percibido de una superficie impresa o una pantalla digital se verá afectado drásticamente por la fuente de luz ambiental. Por lo tanto, tenemos que añadir datos medidos a la conversación sobre el color para asegurarnos de que todos los dispositivos estén bien alineados y calibrados.

A la hora de imprimir tejidos, es en este punto donde el proceso se complica. Veamos algunos ejemplos. La trama de un tejido hace rebotar la luz, no solo cuando se ve, sino también cuando se mide. Además, los tejidos pueden contener agentes blanqueadores ópticos que lo que hacen es exactamente eso: engañan al observador haciendo rebotar la luz para que el producto parezca más blanco. Si alguna vez ha visto una prenda blanca que brilla y adquiere un aspecto azulado bajo la luz ultravioleta, significa que la fibra está recubierta de agentes blanqueadores.

Repetimos: toda esta información hay que integrarla en la conversación del color. Todos y cada uno de los tejidos deben medirse y perfilarse para que la maquinaria y el software de impresión dispongan de la información necesaria para lograr el color deseado y así evitar desperdicios. Este proceso se automatiza cada vez más a medida que avanza la tecnología. Como ya se ha mencionado, es indudable que la IA y las tecnologías de escaneado seguirán simplificando este proceso, a menudo laborioso.

Consígalo a la primera. Y a partir de ahí, siempre
Elegir bien la tecnología de impresión y el flujo de trabajo de impresión es fundamental. Si ofrece servicios de impresión en línea, asegúrese de proporcionar un asesoramiento integral sobre preimpresión y atención al cliente. Apueste por las compras de proximidad, apoye a su comunidad local y ahorre tiempo, costes de envío y dióxido de carbono. Recuerde que las máquinas, las tintas y los sustratos presentan diferencias y que, por lo tanto, generan resultados distintos. Asegúrese de elegir la tecnología y el material adecuados para su proyecto. Tenga en cuenta, además, que no todas las impresoras y tintas son iguales. Estudie su fuente de impresión para asegurarse de estar utilizando una tecnología de impresión sostenible óptima junto con tintas ecológicas certificadas y materiales de origen responsable. La gestión del color debería ser una práctica estándar tanto para los profesionales del diseño como de la impresión. Si no se controla el color en origen, aumentarán los residuos, ya que nuestro flujo de trabajo es cada vez más rápido. Eso implica una pérdida de tiempo, energía, materiales y recursos valiosos, todo lo cual puede evitarse invirtiendo en buenas prácticas, una correcta comunicación y una administración precisa del color.

Hemos preguntado a Oliver Luedtke, responsable de ColorGATE: ¿por qué hay que gestionar el color y cómo nos puede ayudar el software?
«El color lo define el diseñador al principio del ciclo del producto. Sin embargo, en ese momento, normalmente el diseñador no sabe ni cómo se imprimirá el producto ni sobre qué material. El diseñador puede utilizar múltiples formatos de archivo, y todos ellos con información relevante para la imprenta. Trasladar estos datos al idioma correcto para la salida impresa es una tarea altamente especializada.

ColorGATE cierra esa brecha entre la gestión de la entrada y la salida, ya que permite controlar el color en todo el flujo de trabajo de fabricación y garantizar que el resultado impreso se ajusta a las expectativas. Se trata de un proceso complicado, aunque de cara al exterior pueda parecer sencillo. El color, la tecnología, las tintas y los materiales alcanzan el punto de equilibrio y gestión correcta al hacer uso de software inteligente. Si este software está bien calibrado, ofrecerá siempre resultados impresos de gran calidad».

El círculo se cierra cuando lo que entra coincide con lo que sale y cuando todas las partes en juego cumplen. Cuando eso sucede, el color se puede controlar y garantizar su precisión al 100 %. Por eso hay que hacerlo bien a la primera. Y después todas las veces.

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