Redacción Alabrent
Podrías presentarnos vuestro trabajo en la escuela:
De modo general podemos decir que La Cocina Gráfica es el nombre del departamento de Artes Gráficas de un centro «convencional» de Formación Profesional, el Colegio Hogar Afundación. En este centro también se dan otras especialidades: Electricidad-Electrónica y Fabricación Mecánica.
Estamos en Vigo, Galicia, al noroeste de España y al norte de Portugal, y en nuestro departamento nos dedicamos a impartir dos Ciclos Formativos: Impresión Gráfica y Preimpresión Digital. Pero más allá de la enseñanza habitual en este tipo de ciclos, nos gusta pensar que en La Cocina Gráfica somos diferentes.
¿Por qué sois diferentes?
Porque nos apasiona nuestro trabajo, y eso hace que nos apetezca continuamente meternos en cuanto berenjenal haya.
Y como nos gusta tanto lo que hacemos queremos compartirlo, de modo que el espacio también conocido como «La Cocina Gráfica» (el taller donde se imparten clase de la asignatura Impresión Digital), es un lugar abierto al exterior, donde recibimos a profesionales del sector, organizamos desayunos y jornadas gráficas, y buscamos soluciones creativas a retos técnicos.
¿Cómo valoras la invitación de asistencia al Congreso de Aspack y este acercamiento del sector del packaging hacia vuestra escuela y hacia los estudiantes?
La valoro y valoramos, porque esta experiencia ha sido compartida con mis alumnos/as, de manera excelente. Que la asociación que reune a las empresas punteras del packaging haya querido escucharnos y se haya mostrado tan receptiva y acogedora, nos hace sentir que estamos en el camino adecuado.
¿Qué percepción tenéis del packaging de cartón y cómo veis sus posibilidades actualmente?
En el focus group con los estudiantes creo que quedó bien reflejado cómo el cartón es mucho más «amigable» para los jóvenes que otras alternativas como el plástico.
La sostenibilidad es una constante en sus inquietudes, pero el cartón además, cuenta con una estética muy atractiva para ellos/as, lo perciben como un soporte actual pero sin ser una moda pasajera, natural, manejable, económico y con infinidad de posibilidades creativas.
¿Qué puede hacer el sector y sus empresas para dar a conocer más el packaging de cartón entre los jóvenes? ¿Y cómo créeis que podría ayudar la asociación?
Creo que esta iniciativa en la que hemos participado está en la línea correcta. En esta época en la que por circunstancias impuestas hemos tenido que estar tan separados, se agradece más que nunca el esfuerzo por «acercarse».
Los jóvenes necesitan conocer a fondo el sector gráfico porque están apostando por él formándose para encontrar un empleo. En este sentido, cualquier acercamiento a la realidad del mundo del packaging les será tremendamente útil.Como profesora conozco perfectamente mis límites, por mucho que le eche ganas, les muestre contenido audiovisual o les cuente mil anécdotas, nada es comparable al contacto directo con las empresas (y así debe ser).
Se me ocurre que este contacto podría ser a través de visitas técnicas, invitación a congresos o jornadas, convocatoria de concursos, patrocinio de eventos, aportación de materiales para sus proyectos… y mil ideas más con las que seguro que las empresas estarían encantadas de colaborar porque siempre supondrían un beneficio mutuo.
¿Qué pueden aportar los jóvenes estudiantes del sector a una empresa de packaging de cartón?
Si hay una frase hecha que es indiscutible es que «los jóvenes son el futuro». Por desgracia, creo que con el paso de los años perdemos la conciencia de lo que eso implica y muy a menudo, escucho entre gente de mi edad eso de: «es que la juventud de hoy en día…» acompañadas con caras de reproche, lástima, preocupación y hasta miedo cuando les digo que soy profesora de Formación Profesional.
En la realidad que yo vivo a diario (y ya van 20 años) los jóvenes tienen ganas de aportar, como las que teníamos nosotros a su edad, y también como las que tuvieron nuestros padres, y asi podríamos seguir yendo hacia atrás en el tiempo, porque creo firmemente que ciertas actitudes, emociones, miedos, incertidumbres… son inherentes a la juventud en sí misma.
Lo que no se puede intentar es seguir buscando una réplica del pasado en lo que en breve ya será el futuro. Ellos y ellas serán los consumidores de pasado mañana, los gerentes, los operarios, los que se encargarán de atendernos en múltiples servicios en cuanto nosotros dejemos de estar en el mercado laboral.
Por lo tanto, no solo debemos escucharles, sino que tenemos que hacerlo.
Si queremos que esa continua transición en el sector, esa evolución en las empresas, esa constante revolución industrial en la que estamos inmerso, se haga con éxito y sobre seguro, tiene que ser una prioridad ir de la mano en su formación