Redacción Alabrent
Rendimiento, productividad, facilidad de uso y tecnología: esas características generalmente se verifican in situ en el sitio del proveedor con una demostración personalizada, donde el comprador puede comprender completamente el valor de la máquina.
Si la inversión resulta fructífera, puede impulsar la economía de la empresa. El costo inicial se equilibrará con la mejora de la productividad general. Por otro lado, si la máquina no produce los resultados esperados, la inversión resulta ser una pérdida completa, lo que impide que la impresora cumpla con los objetivos establecidos de antemano.
¿Cómo evitar este riesgo? No le dé prioridad al precio. Por lo general, la elección correcta no es la más barata, porque la tecnología dentro de esas máquinas tan complejas es el resultado de décadas de experiencia y recursos dedicados a la investigación y el desarrollo.
No se trata de elegir solo un proveedor, sino un socio real cuya tecnología pueda mejorar el negocio de la imprenta y aumentar las ganancias. Cuando la imprenta está satisfecha con la inversión, en la mayoría de los casos compraría otra máquina del mismo proveedor, creando una asociación sólida que le permite enfrentar el mercado como líderes, pudiendo ofrecer el mejor producto al precio correcto.
En los últimos diez años, OMET obtuvo una alta tasa de recompras de clientes que decidieron confiar en la experiencia de OMET para seguir creciendo. Los números hablan por sí mismos: más de sesenta clientes pidieron una segunda (y en ocasiones una tercera o cuarta) máquina OMET. Este reconocimiento devuelve todos los años y las inversiones dedicadas a la investigación, el desarrollo y la pasión constante por la innovación.
Marco Calcagni, Director de Marketing y Ventas de OMET, afirma: "Las relaciones a largo plazo son uno de los puntos fuertes de OMET y la mejor satisfacción para una empresa comprometida con la calidad y la innovación. Son las demostraciones concretas de la apreciación del mercado internacional por nuestras soluciones tecnológicas que han contribuido a generar beneficios relevantes para nuestros clientes".
En la última década, OMET aumentó notablemente la facturación, con un crecimiento constante del 10% anual, pero lo más importante fue que logró mantener viva su misión: la producción de productos confiables de alta calidad, así como la satisfacción de todos los clientes, escuchando sus necesidades y proponiéndoles soluciones innovadoras y personalizadas.
