Redacción Alabrent
No está claro su rendimiento para los trabajos más comunes y por ello es una inversión que, aún siendo atractiva por que aporta tecnología a la empresa, tiene un retorno difícil de calcular. También existe la opinión de que los equipos de visión al ser tan sofisticados pueden ralentizar los cambios de trabajo por la programación que a realizar con cada trabajo nuevo y que los usuarios deben tener un nivel de preparación alto para que los equipos funcionen correctamente. En las líneas de acabado su función se justifica con mayor claridad ya que actúan como barrera de salida de los errores y evitan que lleguen al cliente, pero en impresión su utilidad no está tan clara. El nuevo sistema de Nikka para instalar visión artificial en la impresora despeja estas dudas ya que los beneficios que aporta son claros y cuantificables.
El nuevo modelo M1+ para impresora es la evolución del modelo que desde hace dos años se está instalando con gran éxito en las rebobinadoras, sustituyendo a las células de control de falta de etiqueta y aportando un gran avance en el control de calidad ya que además de la falta de etiqueta se detectan otros defectos mucho menos evidentes como puntos, faltas de impresión o desajustes en el registro de troquel. Estas prestaciones interesan a la mayoría de fabricantes de etiquetas y la prueba es que muchos clientes que han comprado el primer M1+ con una rebobinadora nueva lo acaban incorporando en las rebobinadoras más antiguas. La instalación del M1+ es muy sencilla en cualquier tipo de impresora.
La evolución ha consistido en adaptar un sistema preparado para detectar un defecto y posicionarlo en una mesa de empalmes de la rebobinadora para su reparación a un entorno como el de la impresora en el que el defecto no se detiene sino que tiene que ser detectado para corregir su origen lo antes posible.
La metodología de trabajo es muy sencilla; una vez el nuevo trabajo ya ha sido ajustado y el impresor se dispone a iniciar la tirada, M1+ realiza un escaneo de las primeras etiquetas buenas y confecciona un master con el que comparará el resto del trabajo. Este proceso es automático, el impresor solo tiene que activarlo y aceptar la propuesta del equipo en cuanto a la zona de inspección. Durante la tirada, en una segunda pantalla podemos configurar diferentes zonas de video, y analizar los errores gracias a una serie de indicadores y avisos que permitirán al impresor actuar rápidamente en caso de que se produzcan errores.
Los beneficios en productividad que aporta M1+ son evidentes desde el primer momento:
- Al detectar los errores justo cuando se producen podemos acotarlos reduciendo mermas.
- Se reduce la incertidumbre sobre el contenido de la bobina y se puede ser muy preciso en la cantidad a producir para completar el trabajo. Las sobreproducciones son innecesarias.
- El trabajo en la sección de acabados también se agiliza ya que al haber menos errores también hay menos paradas.
- La velocidad de impresión puede aumentar hasta lo que nos permita la máquina o el trabajo. El impresor sabe que si se produce un error lo va a tener controlado desde el primer momento.
En definitiva, el M1+ instalado en impresora supone un gran avance para la impresión en banda estrecha (hasta 650mm) ya que aporta una solución a problemas muy generalizados que afectan sensiblemente al coste de producción, y porque está al alcance de la mayoría.