Redacción Alabrent
¿Cuáles son los principales motivos por los que los embalajes han desembocado tradicionalmente en la producción de residuos? ¿Cuáles son los retos que nos esperan de cara al futuro?
Yo pondría en tela de juicio el hecho de que los embalajes hayan desembocado realmente en la producción de residuos en un porcentaje tan alto como en ocasiones se ha indicado. Con el paso de los años, la industria de los embalajes se ha forjado una mala reputación: existe la percepción de que los embalajes desembocan en la producción de residuos, reforzada por la presencia de basura y bolsas de plástico en la calle. Es evidente que el sector ha sido el blanco de todas las miradas a la hora de buscar culpables.
Sin embargo, esta percepción no es verdadera. De hecho, los residuos por embalajes representan un porcentaje muy bajo de los residuos totales y muchos materiales de embalaje como, por ejemplo, las cajas de cartón, se pueden reciclar al 100 %. No olvidemos tampoco que un buen embalaje realmente reduce los residuos, puesto que protege los productos, evitando que resulten dañados y sean inservibles.
De cara a los retos que nos depara el futuro, la industria necesita cambiar este concepto erróneo. Los consumidores quieren poder reciclar y necesitamos transmitir el mensaje de que los embalajes corrugados, en concreto, son una parte fundamental de un proceso de reciclaje de bucle cerrado que minimiza los residuos y convierte rápidamente la fibra usada en cajas. De hecho, se puede fabricar una caja a partir de otra en un plazo de 14 días.
Se está avanzando mucho en este sector. Como industria, el reto al que nos enfrentamos es mejorar a la hora de compartir esta visión y demostrar que, de hecho, los embalajes son una parte fundamental de la economía circular.
¿Están reconsiderando las grandes empresas sus embalajes? En caso afirmativo, ¿por qué y de qué manera?
Sí, en concreto en la industria minorista. Los minoristas están cada vez más presionados por las marcas de almacenamiento que cuentan con una buena reputación en el ámbito de la sostenibilidad y un buen embalaje es una parte importante de ello (va de la mano de los productos que contiene). Como resultado de ello, si quieren que sus productos los almacenen los grandes minoristas, lo único que tienen que hacer los fabricantes es asegurarse de que sus embalajes sean lo más sostenibles posible.
Cada vez son más los fabricantes que acuden a los embalajes corrugados como una solución para esto. Los embalajes corrugados son 100 % reciclables, lo cual significa que un fabricante que los utilice en la estantería de un supermercado ayudará al minorista a lucir una buena imagen, además de impresionar a las secciones del público comprador más comprometidas con el medio ambiente.
El coste es otro problema que está haciendo que las empresas reconsideren sus embalajes: el panorama de los proveedores de los supermercados en concreto es feroz, ya tan solo fracciones de céntimos suponen diferencias en la rentabilidad. El uso de embalajes sostenibles ayuda a reducir de verdad el coste, por lo que los embalajes circulares suponen una ventaja empresarial, además de demostrar una preocupación por el medio ambiente.
¿Incluyen los enfoques "End-to-end" y "Cradle-to-cradle" el embalaje además del producto? ¿Deberían incluirlo?
Sí, lo incluyen y, sí, deberían incluirlo sin duda alguna. Diseñar el proceso de embalaje eliminando los residuos es muy ambicioso, pero es posible y algo a lo que deberían aspirar las empresas. A tal respecto, deberíamos dejar de hablar de cadenas de suministro: el embalaje efectivo forma parte de un proceso de "ciclo de suministro", en el que los materiales pasan a formar parte del embalaje en el plazo de unos días.
El otro aspecto que hay que considerar aquí es la función del embalaje: un buen embalaje debería garantizar la protección del producto, la máxima vida útil posible y permitirle pasar por el ciclo de suministro con el mínimo impacto. Así pues, el propio embalaje debería funcionar en un modelo C2C, además de alargar la vida de los productos que contiene y garantizar que le llega al consumidor en un estado en el que lo pueda utilizar, enfatizando sus referencias de sostenibilidad.
¿Qué tendencias existen en el ámbito del embalaje circular?
Los minoristas ya han avanzado mucho en el ámbito de los embalajes circulares, y una de las tendencias que hemos visto relacionada con este tema es el desarrollo de los "cinco aspectos fáciles" del embalaje, a saber: fácil de identificar, fácil de abrir, fácil de colocar en la estantería, fácil de comercializar y fácil de eliminar.
Trabajar con la vista puesta en los "cinco aspectos fáciles" mejora la disponibilidad del stock y le facilita la vida al comprador. Además el resultado natural es una reducción del número total de residuos, tanto del producto como del embalaje.
A través de la colaboración con los proveedores para garantizar que cumplen esos cinco principios, ha fomentado la agenda del embalaje circular y ha supuesto una enorme ayuda para los minoristas a la hora de alcanzar sus objetivos de residuos enterrados.
En relación con esto, el producto tiene que ser fácil de pasar por el ciclo de suministro. Esto significa que se tiene que empaquetar y transportar de la forma más eficaz y que ahorre espacio, reduciendo el número de camiones medio vacíos que transiten por la carretera. Un transporte eficaz implica menos desplazamientos en carretera y menos emisiones de CO2. En ese sentido, el embalaje circular no consiste solo en el material de la caja, sino que tiene que englobar a la totalidad del ciclo de suministro.
¿Puede darnos algún ejemplo de buenas innovaciones de embalaje?
Hace poco lanzamos un nuevo tipo de embalaje corrugado que es compatible con la agenda de embalaje circular. Se trata del primero de su clase en el mercado y, en nuestra opinión, es bastante innovador."SalesFront"es un tipo de embalaje listo para el minorista que se coloca en las estanterías del supermercado y, mediante el uso de una banda especialmente diseñada, empuja los productos hasta la parte delantera de la estantería, a medida que se van vendiendo.
Además de ayudar a los fabricantes a vender más mediante el aumento de la visibilidad en la estantería, garantiza que los productos se vendan en el orden de fecha correcto y resulta eficaz a la hora de impedir a los compradores que cojan los productos de la parte trasera de la estantería que tienen la fecha de caducidad o la fecha de consumo preferente más larga. De esta manera, se reducen los residuos alimentarios de los supermercados.
Por último, esta innovación respalda la agenda del embalaje circular puesto que la totalidad de la caja y la banda elástica se pueden gestionar dentro del flujo de residuos corrugados existente, lo cual hace que la fibra sea reciclable al 100 %. En tan solo 14 días, esas fibras pueden estar de vuelta en las estanterías del supermercado en forma de un nuevo embalaje.