La papelera J. Vilaseca cumple 300 años con la diversificación de producto y la flexibilidad como base de futuro

La compañía especializada en la fabricación de papel especial de alta gama J. Vilaseca, celebra este año su tercer centenario de actividad ininterrumpida, en un acto presidido por el president de la Generalitat, Artur Mas. Es un verdadero hito en el mundo empresarial a nivel mundial, pues no son muchas las compañías que puedan gozar de tan buena salud 300 años después de su fundación.

El plan inversor de J. Vilaseca ha conseguido rejuvenecer el catálogo de productos, teniendo en cuenta que actualmente el 30% de la facturación se genera a través de actividades nuevas, que no existían en 2010: los papeles digitales, los reciclados y las etiquetas para el sector del vino.

Redacción Alabrent

Y de la buena salud de J. Vilaseca es buena muestra un afán de inversión y de mejora que ha presidido su actividad desde los comienzos, especializándose en un producto de gran calidad y prestigio. Como ejemplo de esta buena marcha, cabe señalar que la empresa ha puesto en marcha en los últimos cuatro años un plan de inversiones de 10 millones de euros para desarrollar nuevos tipos de productos con mayor valor añadido. El presupuesto se ha destinado principalmente a adaptar maquinaria para el tratamiento de nuevas gamas y a la mejora de la eficiencia energética de la fábrica de Capellades. La estrategia de crecimiento también ha incluido la adquisición de Papelera Munné, en 2012, especializada en cartulinas de color.

El plan inversor de J. Vilaseca ha conseguido rejuvenecer el catálogo de productos, teniendo en cuenta que actualmente el 30% de la facturación se genera a través de actividades nuevas, que no existían en 2010: los papeles digitales, los reciclados y las etiquetas para el sector del vino. Además, este nivel de innovación ha conseguido incrementar un 35% el precio medio de venta. J. Vilaseca alcanzó una facturación de 51 millones de euros durante el año pasado, lo que representó un aumento del 7% sobre las ventas de 2012.

En este sentido, “en muchas ocasiones son los mismos clientes los que nos explican sus necesidades y a partir de ahí desarrollamos el producto que necesitan”, indica el director general, Jaume Batllori. Esta elevada flexibilidad permite cambiar la producción de forma mucho más rápida que las grandes multinacionales. J. Vilaseca cuenta con una capacidad de producción de 63.000 toneladas anuales, “aunque en nuestras especialidades podemos responder con garantías a las necesidades del cliente.

La empresa huye de los productos denominados comodities, de gran consumo y escaso margen. El director comercial de J. Vilaseca, Carles Torredemer, insiste en la idea: “buscamos nichos de mercado donde somos competitivos, porque además existen algunas gamas que van quedando en desuso con los cambios tecnológicos”.

Internacionalización

Jaume Batllori valora estos primeros escarceos de internacionalización. “Ha sido muy importante para la empresa el instinto exportador. Ahora estamos en 84 países. Durante el inicio de la actual crisis nos ayudó mucho el hecho de que ya generábamos en los mercados exteriores el 45% de las ventas. El año pasado cerramos con cerca del 70% en exportaciones y queremos llegar al 80%”.

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J. Vilaseca, S.A.

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