Redacción Alabrent
Los dos aspectos generales más importantes a considerar son el aspecto y la utilidad de estos. Por lo que muchos diseños de envases no solamente son atractivos visualmente, sino que también tienen en cuenta otras características como su resistencia, durabilidad y versatilidad.
A continuación, las ocho tendencias que se verán más durante este año:
1. Diseño llamativo
Un producto puede captar la atención de los clientes por el simple hecho de que tiene un packaging llamativo. Esto tiene una mayor relevancia cuando hay muchos competidores con ofertas similares; por lo que destacar respecto las otras marcas es un factor crítico.
El packaging es un elemento diferenciador que puede influir en la decisión de compra. Por lo que factores como el color y forma son decisivos, aunque siempre tiene que ser fiel y representar el producto real.
2. Tipografía impactante
El packaging también tiene que mostrar información relevante sobre el producto para que los clientes conozcan si sus características, funcionalidades o beneficios cumplen con lo que están buscando; es decir, si satisface sus necesidades.
Es muy importante el uso estratégico de la tipografía, ya que permite que los clientes vean rápidamente aquel texto que se quiere destacar primero o resaltar. Algunos ejemplos son: el uso de la negrita, el tamaño de los textos y la jerarquía en la que se presentan.
3. Efectos de textura
Otro aspecto a tener en cuenta es el valor que percibe un cliente de un producto en específico, esto es totalmente subjetivo y depende de experiencias pasadas. Si se tiene en cuenta esta premisa, el packaging tiene un papel fundamental.
Por lo que se convierte casi en imprescindible contar con una máquina de embellecimiento de la impresión como la Duplo DDC-8000, puede hacer que los productos sean percibidos de mayor calidad y que los clientes vivan una experiencia sensorial única con solamente añadir texturas al packaging.
4. Diseños vintage
El packaging puede ser un reflejo de la trayectoria e historia de la marca; así dando paso a diseños más retros o vintage. Se puede copiar o inspirar en diseños pasados tanto propios como de otras empresas. Lo importante es que al aplicar esta estrategia se consigue transportar a los clientes a vivencias pasadas y apelando al sentimiento de nostalgia.
5. Minimalismo
Menos, es más. En diseños donde hay muchos elementos, los consumidores se confunden o sienten estrés. Puede no quedar claro de qué producto se trata o que especificaciones se destacan. Por esta razón, un diseño más simple capta mejor la atención que uno con un diseño más extravagante.
Un ejemplo de diseño minimalista podría ser: añadir el logo de marca y algunos detalles básicos como información relevante. Destaca por su fácil aplicación.
6. Sostenibilidad
Los clientes cada vez más buscan productos que sean respetuosos con el medio ambiente. No solamente el producto en sí, sino que otros aspectos como el packaging también lo deben de cumplir.
Por este motivo, el packaging hecho con papel está teniendo un mayor protagonismo. También hay otras prácticas sostenibles como que estos sean reutilizables, evitando así el packaging de un solo uso. Esta práctica tiene que estar bien identificada en el mismo diseño, para que los clientes puedan identificar fácilmente si es sostenible o no.
7. Packaging inteligente
El packaging puede formar parte de la experiencia del cliente cuando compra un producto, convirtiendo el proceso de compra y/o de consumo aburrida y simple en un producto interactivo, en la que el cliente deba realizar una acción.
Esta interacción se puede realizar de manera digital a través de un código QR. Su incorporación despertará una mayor curiosidad y un mayor sentimiento de fidelidad hacia la marca. Este código puede llevar a los clientes a un vídeo, una landing page o incluso a un juego interactivo.
8. Uso del contraste
La última tendencia es el uso de tipografías experimentales y gráficos ostentosos con colores vibrantes, estampados y otros elementos visuales que se combinan de forma aleatoria, pero, el resultado es sorprendentemente bueno. Así, utilizando la técnica contraria al minimalismo; el maximalismo.
En definitiva, no todos los diseños de packaging tienen que ser iguales y seguir las tendencias actuales, ya que cada marca tiene que ser fiel a su propia identidad.
Pero un buen diseño en el packaging puede marcar la diferencia al consumidor y ser un factor importante en la decisión de compra; ya que, dependiendo de su diseño, puede transmitir un sentimiento de desconfianza o que perciban el producto de mayor calidad y con valor añadido. Por lo que el packaging, tiene una gran importancia.
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