El futuro de los embalajes

Tony Foster, director de ventas y marketing de la división de embalajes de DS Smith en el Reino Unido, ha compartido sus puntos de vista sobre el futuro de los embalajes.

Tony Foster, director de ventas y marketing de la división de embalajes de DS Smith en el Reino Unido.

Redacción Alabrent

Economía circular... En el sector de los embalajes, ¿en qué medida se está pasando de un modelo de cadena de suministro lineal a uno circular y qué impulsa dicho cambio?

Ya deberíamos haber dejado de hablar de cadenas de suministros, los embalajes eficaces forman parte de un proceso del «ciclo de suministro», donde los materiales giran en torno a la economía en un bucle de reutilización/reciclaje circular.

Otro aspecto que debe considerarse es la función del embalaje. En un buen embalaje se emplea la cantidad correcta del material adecuado para proteger el producto durante todo su camino hasta el destino, transportándolo a través de todo el ciclo de suministro, maximizando su eficacia y reduciendo al mínimo su impacto medioambiental. Por ello, el embalaje en sí, no solo debería funcionar en un modelo «de la cuna a la cuna», si no que debería garantizar que el producto llega a su destino en perfectas condiciones. Así, se minimizan los daños, los residuos y la necesidad de sustituir el producto apoyando las credenciales sostenibles de un buen embalaje.

Sostenibilidad...¿Por qué no debería emplearse exclusivamente el reciclado como medida de la sostenibilidad del embalaje?

Parece que el interés por la sostenibilidad resurge entre los consumidores, al ritmo de superación de la recesión, y la naturaleza sumamente visible del embalaje significa estar constantemente sometido a escrutinio en un mundo escaso de recursos. Tanto fabricantes como minoristas tienen que dar respuesta a las preocupaciones de los consumidores y gestionan todo el ciclo de suministro, sin centrarse exclusivamente en el reciclado.

En un momento en el que la seguridad alimentaria representa una de las principales inquietudes, los embalajes modernos y los métodos de distribución en el Reino Unido, por ejemplo, han logrado reducir el desperdicio de alimentos en el ciclo de suministro hasta unos niveles realmente bajos, un 3% en comparación con el 40% que se alcanza en economías peor organizadas.

Además, los fabricantes de embalajes no dejan de esforzarse en optimizar los materiales sin comprometer la calidad del producto, tanto para ahorrar costes como energía en la producción y el transporte.

Para ser completamente sostenible, el producto embalado tiene que moverse fácilmente a través de todo el ciclo de suministro. Es necesario embalarlo y transportarlo del modo más eficaz, minimizando el espacio y reduciendo en la carretera el número de camiones parcialmente cargados. Un transporte eficaz supone menos desplazamientos y menos emisiones de CO2. Por todo esto, la sostenibilidad no se reduce a la cantidad de material que se utiliza. Un buen embalaje reduce el coste total del ciclo de suministro.

El futuro...¿Qué tendencia de mercado/cuestión de recursos/cambio normativo/innovación tecnológica considera que ejercerá un mayor impacto en el escenario futuro de los embalajes?

La industria del embalaje ha experimentado una revolución silenciosa en los últimos años y ahora se ha convertido en uno de los sectores de fabricación más innovadores del país. En los próximos años existirá una posibilidad real de maximizar la presencia de la marca en las estanterías, si se trabaja desde la concepción del producto con diseñadores y vendedores. La clave reside en comprender mejor la función que desempeña el embalaje en su camino hasta el momento de la compra.

El siguiente reto al que se enfrentará el cartón ondulado en el entorno minorista será la auto-comercialización o comercialización en la estantería, es decir, el desarrollo de características integrales que lleven automáticamente el producto al frontal de la estantería. Los supermercados invierten enormes cantidades de dinero anualmente para que el producto se encuentre en el frontal de la estantería y garantizar su correcta orientación y clara visibilidad para el consumidor, «pidiendo» ser elegido. Si los productos no se ven y se encuentran en cajas medio vacías en el fondo de la estantería, no se venderán y un buen embalaje puede cambiar este hecho.

Otro aspecto importante en un futuro cercano será el desafío que presenta el comercio electrónico. Los productores de embalajes tienen que trabajar con los fabricantes y minoristas, no solo para proteger el producto durante el tránsito sino también para transmitir los valores de la marca al comprador, mejorar la experiencia de la compra y reducir el volumen de las devoluciones, actualmente excesivo.

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DS Smith

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