El packaging combate la falsificación de fármacos

Los nuevos envases antifalsificación garantizan al consumidor el origen del medicamento y su trazabilidad de forma fácil y segura.

por Judith Permanyer

Las técnicas más usadas en el packaging para evitar el fraude son dispositivos ópticos, hologramas, microtextos, tintas que reaccionan al metal, etc.

Redacción Alabrent

El 7% de los medicamentos que se comercializan en el mundo son fraudulentos. Así lo estima la Federación Internacional de Fabricantes de Productos Farmacéuticos (IFPMA), que asegura que la falsificación mueve más de 20.000 millones de dólares. En las compras online, la mitad de los medicamentos son ilegales y se producen sin las garantías necesarias.

En España, el sector farmacéutico, uno de los mayores exportadores, está en plena adaptación a la directiva antifraude de la UE que da de margen hasta enero de 2016 para su cumplimiento.

Nuevas normas para estrechar la seguridad

Con la nueva legislación, el propio usuario podrá asegurarse que el producto que ha adquirido es 100% auténtico. "La directiva impone que cada estuche tenga un número único y un ‘anti-tampering feature' como, por ejemplo, una etiqueta a prueba de manipulaciones para evitar que alguien adultere el contenido original y lo cambie por otro" explica Bart Vansteenkiste, Eu Life Sciences Sector Manager de Domino. Esta multinacional, especialista en tecnología de impresión y codificación, se centra ahora en encontrar soluciones antifraude.

Otra de las ventajas de la directiva es que "los números únicos que identificarán a cada estuche se encontrarán en una base de datos que estará conectada permanentemente con el resto de la UE", aclara Vansteenkiste. Así, si ese número no ha sido cargado en el sistema por el fabricante, el farmacéutico no podrá suministrar el medicamento al consumidor.

Las técnicas más usadas en el packaging para evitar el fraude son dispositivos ópticos, hologramas, microtextos, tintas que reaccionan al metal, etc., además de los sistemas de trazabilidad que permiten conocer dónde está el medicamento en todo momento. Impresoras que imprimen toda la información en un código de barras de dos dimensiones 2D a alta velocidad para que los fabricantes puedan continuar fabricando sin bajar el rendimiento, o el uso de una tinta específica más oscura que garantiza que el código sea legible durante 4 años, -ahora aguantan 2 años antes de decolorarse-, son algunas las medidas tecnológicas aportadas por algunas empresas.

Para Albert Roig, Team Leader de Tecnología y Control de Material de Acondicionamiento en Boehringer Ingelheim, "éstas son medidas que se aplican en función del valor añadido del producto, en los casos de productos muy demandados, tipo Viagra, y que están al alcance de todo aquél que se empeñe, tanto empresas como también falsificadores". Pero el cambio importante, según Roig "vendrá con la nueva directiva y la serialización con códigos identificativos DataMatrix , donde cada producto dentro de un lote tendrá un número identificativo aleatorio, que además, permitirá hacer el seguimiento en toda la cadena de suministro". Esto hará casi imposible falsificar un medicamento.

El móvil, aliado antifraude

El jaque al fraude no acaba aquí: está también el proyecto Autenticloud, financiado por el Ministerio de Economía y Competitividad de España en el que participan seis empresas y centros tecnológicos punteros. La iniciativa busca luchar contra las falsificaciones de la manera más sencilla y pensando en el usuario final: a través del móvil. Eso se conseguirá gracias a una aplicación de software y a los diferentes sensores que ya llevan los smartphones y que combinan tecnología óptica para leer los códigos de barras avanzados y RF Chipless, la identificación por radiofrecuencia, que permite conocer la "vida" y recorrido del producto.

Así, cualquier usuario podrá asegurarse de forma rápida y fácil de que el producto que ha adquirido es 100% auténtico, sin necesidad de ser un experto antifraude. Propuestas que están aún en fase de desarrollo pero que quieren poner fin a la sangría falsificatoria.

Esta lucha contra las falsificaciones del sector farmacéutico es trasladable a otras actividades económicas que también corren el riesgo de que sus productos sean imitados o adulterados como las bebidas alcohólicas, perfumes o el tabaco. Los envases, embalajes y etiquetas pueden ser los mejores aliados para garantizar la autenticidad como Hispack demostrará en su TrendPack Area y en su oferta comercial.

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