3x1: La importancia de un diseño diferenciado para garantizar las ventas en mercados diferentes

Un producto con tres presentaciones muy diferentes. Tres diseños para tres mercados que no tienen nada en común. Tres marcas diferentes que comparten producto, vidrio y rosca. Todo en dos versiones: blanco y rosado. Mercado nacional vs. extranjero; grandes superficies vs. restaurantes. O de cómo el naming, las características del packaging, la distribución, el precio o el tipo de consumo definen el diseño final de una marca.

Desde el estudio trabajaron los tres proyectos en paralelo desde un mismo protocolo interno, lo que les permitió aislar las características propias de cada uno de ellos y así potenciarlas y obtener una imagen única y diferenciada para cada presentación.

Redacción Alabrent

Este era el reto que planteaban las bodegas de Anecoop al Estudio Pedro González. El encargo inicial consistió en preparar tres diseños diferentes para un mismo producto. El producto era un moscato de baja graduación, a penas cinco grados, de fácil consumo durante el aperitivo y mayoritariamente dirigido a un público femenino.

Desde el estudio trabajaron los tres proyectos en paralelo desde un mismo protocolo interno, lo que les permitió aislar las características propias de cada uno de ellos y así potenciarlas y obtener una imagen única y diferenciada para cada presentación.

Los tres proyectos comparten el mismo tipo de botella borgoña, su modelo verde para el vino blanco y la transparente para el rosado. Todos contaban con cápsula “Stelvin” de rosca. Desde el principio, plantearon un troquel único y ajustado para los tres diseños, donde poder trabajar la etiqueta frontal y trasera en una sola pieza, una medida que permitía abaratar costes en la producción de los tres modelos.

Tres destinos, tres mercados: uno, los restaurantes españoles; dos, las grandes superficies de distribución europeas; y tres, el mercado norteamericano.

Así nacieron Viña Tendida, Amatista y NY Hood. Y aunque las tres marcas están concebidas para compartir la misma botella borgoña ancha, baja, de brazos caídos y el mismo troquel de etiqueta, sus diseños son específicos para las necesidades de cada mercado. Un ejemplo de cómo un diseño, una presentación, puede modificar las ventas de un producto y adaptarlo a cada uno de los mercados donde se destina.

Viña Tendida

El diseño de Viña Tendida está pensado para que se consuma en privado: en restaurantes, cenas, comidas o celebraciones. Tenía por tanto que resultar sobrio, elegante, cosmopolita, con una historia que contar. La etiqueta final es un pasaporte lleno de cuños de viajes imaginarios. Un motivo, una imagen, que sirve de pretexto para contar una historia o iniciar una conversación en buena compañía.

Amatista

Su diseño está concebido para competir en las grandes superficies, donde la ferocidad es atroz y sólo eres visible con una imagen potente, cuidada y evocadora. La decisión final a la hora de comprar suele ser femenina, y en este caso, trabajaron con un collage floral en alusión a las características del vino: sabores frescos, afrutados y florales . Contenido y continente se unen en un mismo mensaje lleno de pasión.

NY Hood

En este caso, sus consumidores estaban al otro lado del atlántico, en EEUU. Allí, los códigos visuales son otros, es un mercado diferente, más joven, con menos tradición pero más habituado a presentaciones frescas con rosca o en box. Por eso se apoyaron en una imagen fresca, por medio de una ilustración y una tipografía handmade que creaba una imagen metropolitana muy reconocible.

www.estudiopg.com

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